Por Roberto Rodríguez Pantoja
Arequipa. Nadie saboreó y le dedicó su vida al béisbol como Jorge Luis Choy Santibáñez al punto de forjarlo en Arequipa, pero él, de 54 años y natal de Lima, con su toque oriental también gusta de preparar comida marina para respaldarse económicamente.
Se inició a los 10 años en el club capitalino Fénix, igual nombre del ente que creó en nuestra ciudad. Jugó de left fielder (defensa izquierda) y de segunda base. A la par Jorge ‘Chino’ Choy pisaba la bola, cuando se retiró del fútbol vistiendo la ‘mica’ del FBC Aurora tejió otra era.
Era 1993 y el presidente de la Federación Peruana de Béisbol, Gerardo Takayama, le incita a dirigir un proyecto de desarrollo en Arequipa. “Yo había jugado béisbol en diferentes equipos en Lima, también fui integrante de la preselección y selección nacional. A raíz de eso se da la posibilidad de que dejando el fútbol haga un curso a través de la federación y me dan el cargo en Arequipa como coordinador general”, reveló.
Choy que recibió influencia del entrenador Víctor Murakaki, entre otros, detalló su aventura. “Se inicia el programa en 1993 como una manera de introducción y recreativa. El primer colegio que practica béisbol fue Prescott, fueron pasando algunos más como San José, La Salle. Algunos clubes también lo hacían, Cabaña María, el BO2, Giants”.
Pese al arduo tránsito el técnico Choy, que tuvo el apoyo de Michisuke Sato (mismo nombre de su academia) y los voluntarios Kurihara y Kato, tiró de su oficio para implantar el baseball. “Fue muy difícil porque había desconocimiento de las reglas, pero fue creciendo hasta tener participaciones de selecciones de Arequipa en los torneos nacionales e internacionales. Pasaron muchos técnicos y niños arequipeños en selecciones nacionales”, relata el ‘Chino’.
Antes de la pandemia, Santibáñez, abocado al trabajo formativo, enseñó en un programa federado de masificación del béisbol de menores.
DE CHEF
El negocio de la gastronomía forma parte del aderezo de la vida de Jorge Choy, quien comentó que su sazón es un legado de familia. “Viene de familia, mi abuelo tenía chifa en Lima, mi abuela picantería criolla, y mi mamá cevichería y heredamos la sazón de cada uno”.
Su especialidad es la comida marina con fusión asiática. “La variedad de pescados, mariscos y fusión oriental como el pescado a vapor, chaufa con saltado de pescado y verdura china”, afirmó.
Hace unos meses reactivó su cevichería y restaurante criollo El Warike Marino en Umacollo, y aunque las ventas decayeron por estos tiempos, él no desiste su lucha por prosperar. “Reabrimos, lamentablemente bajaron las ventas, pero hay que seguir adelante”, finalizó.