César Suaña Zenteno
Américo Valencia Chacón ya no está con nosotros. No pudimos culminar nuestras reflexiones sobre el significado de los 50 años de la institución a la que pertenecimos desde la década del 70: la Asociación Juvenil Puno y la ejecución de nuestro siku prehispánico, que devino en la formación de nuestro conjunto de sikuris, que luego se denominó “27 de Junio”.
El aporte de Américo Valencia ha sido el estudio musical de las tropas de sikus altiplánicos, lo que motivó que en 1982 ganara el prestigioso premio Casa de las Américas de Cuba con su obra “El Siku Altiplánico. Estudio de los Conjuntos Orquestales de Sikus Bipolares del Altiplano Peruano”. El contenido principal de esta obra se reflejó en otras publicaciones que tenían como objetivo popularizar el conocimiento científico sobre nuestra música sikuriana.
Antes de partir, culminó su reflexión teórica sobre los sikus en los libros “La Música Moche. Fundamentos, cosmovisión y dualidad. Develando los secretos de la flauta de pan bipolar moche en Sipán” y “La música Nasca. Fundamentos, permanencia y cambio. Descubriendo los sistemas musicales prehispánicos andinos” presentados en Puno en febrero del 2018. En este último trabajo señala que “el sistema musical de los Nasca se basa en una escala hiperbólica de trece tonos por octava, muy similar a la actual escala cromática de doce tonos, pero con otro fundamento” y que descarta las afirmaciones repetidas hasta el hartazgo que nuestra música era “pentatónica”.
Así como su monumental estudio sobre los sikus bipolares altiplánicos mereció la atención de músicos e investigadores de nuestra cultura andina en nuestro país y el extranjero, estos últimos trabajos deben también motivarnos a estudiarlos con la debida atención para extraer conclusiones que nos sean útiles para el devenir de nuestra música andina.
Y ahora que Américo Valencia ha fallecido y que, debido al enorme reconocimiento que generó en nuestra sociedad, motivó que su velorio en Lima se prolongue un día más antes de ser sepultado acompañado de música sikuriana, es hora que los puneños y nuestras autoridades lo re-conozcamos y le brindemos un homenaje; pero no solo el de los discursos que se los lleva el viento y quedan en el olvido, sino reeditando sus libros en torno al siku bipolar altiplánico, para que la enorme generación de jóvenes que interpretan el siku como un instrumento que afirma nuestra identidad andina en la región, el país y el mundo, se nutran de los fundamentos científicos que lograron nuestros ancestros y que continúan vigentes hoy en día.
La breve entrevista que a continuación les ofrecemos fue realizada en octubre del 2017 para la revista “El Carolino” y fue publicada el año 2018 por la promoción “Aquiles Monroy Gutiérrez – Alfonso Pineda Herrera 1958 – 1952” de la Gran Unidad Escolar San Carlos de la que Américo Valencia Chacón fue integrante.
Está pendiente un homenaje mayor dando a conocer el contenido de su obra, sus aportes fundamentales, sus alcances y, por supuesto, algunas apreciaciones que motivaron diferencias con el mismo. Descansa en paz Américo.
“El Descubrimiento del Sistema Musical de los Nasca”
Américo Valencia Chacón, miembro de la promoción 1958 – 1962 de la Gran Unidad San Carlos, musicólogo, compositor e ingeniero electrónico, graduado en el Conservatorio Nacional de Música y en la Universidad Nacional de Ingeniería de Lima, Magíster en Música en Florida State University E.U.A., obtuvo en 1982 el Premio internacional de musicología Casa de las Américas, La Habana Cuba y en 1988 el Premio Nacional Daniel Alomía Robles concedido por CONCYTEC y presidente del Centro de Investigación y Desarrollo de la Música Peruana (CIDEMP), conversó con la revista El Carolino sobre sus aportes a la cultura musical del país y el continente (1).
Después de recibir el premio Casa de las Américas, ¿cuál fue el impacto que tuvo en el país tu obra?
Bueno, dado el prestigio internacional del Premio, éste me posicionó como investigador de la música andina, tanto en el país como en Latinoamérica. En mi último viaje a Buenos Aires pude comprobar que soy más conocido en Argentina que en el Perú. Y en la actualidad mi obra se ha difundido internacionalmente, como se puede fácilmente apreciar a través de Internet. El gran historiador Luis E. Valcárcel se entusiasmó con mi trabajo, y me propuso realizar el prólogo a pesar de su edad. En este indicó que a partir de la obra ganadora del Premio deberían seguir los músicos peruanos para lograr realizar algo trascendente.
Por otro lado, en ese tiempo, 1982, mi obra sirvió de sustento teórico a los conjuntos de sikuris urbanos denominados “conjuntos metropolitanos” que se estaban formando en Lima, pues mi trabajo planteaba el origen extra altiplánico del siku en las culturas costeñas Moche y Nasca. Sin embargo, estos planteamientos no gustaron a la Asociación Juvenil Puno de la cual fui miembro fundador, como tú conoces.
¿Qué impresión tienes del panorama musical de los migrantes puneños en Lima y los grupos no-puneños, especialmente en la ejecución del siku?
La historia de los conjuntos de sikus en Lima, tanto de los migrantes puneños conocidos como “conjuntos regionales” y los conjuntos no puneños en la capital denominados “conjuntos metropolitanos” es de larga data ya. Si bien desde las primeras decenas del siglo XX hubo algunos conjuntos de migrantes en Lima, es a partir del surgimiento de la Asociación Juvenil Puno (AJP) a inicios de la década del 70 en que se originan los conjuntos metropolitanos. La misma AJP podría considerarse el primer conjunto metropolitano, aunque los que lo conformamos éramos jóvenes de origen puneño, la mayoría residente en Lima por sus estudios universitarios.
Luego, en esa década se formó el Conjunto de Zampoñas de San Marcos, también el taller de música Hatarisun que yo dirigí. Es en la década del 80 en la que proliferan conjuntos universitarios como los conjuntos de la UNI, la Católica y la Cantuta, y también conjuntos no universitarios como Kunanmanta, Runataki, Qhantati Markamasi y el conjunto de sikuris de Brisas del Titicaca, entre otros. La década del 90 fue una época de auge del movimiento de sikuris metropolitanos con la aparición de una gran cantidad de conjuntos, pero a su vez fue signada por la presencia de Sendero Luminoso en el movimiento.
En la actualidad se mantiene una considerable cantidad de conjuntos tanto metropolitanos como de conjuntos regionales, aunque no en el número que hubo en la década del 80 y 90. Lo más notorio de la época actual es que la controversia y oposición que tenían en las épocas anteriores los conjuntos regionales, encabezados por la AJP, hacía los conjuntos metropolitanos, hoy ya no existe y ambos tipos de conjuntos mantienen relaciones cordiales, coordinan actuaciones conjuntas. Se han superado muchas discrepancias y mitos. Sin embargo, creo que en lo estrictamente musical, en general, el movimiento urbano de sikuris está estancado, sin desarrollo, sin mayor avance técnico, sin mayor creatividad, principalmente por razones ideológicas.
Anuncias que vas a presentar nuevos libros. ¿Puedes reseñarlos?
Se trata de dos libros de índole arqueomusicológico, complementarios, que culminan mi investigación de antaño sobre los orígenes del siku o zampoña altiplánica. Son, en realidad, un adelanto a la tesis de doctorado en musicología en la Universidad de Helsinki, Finlandia que vengo realizando. El primer libro titulado: La Música Moche. Fundamentos, cosmovisión y dualidad. Develando los secretos de la flauta de pan bipolar moche en Sipán publicado en diciembre de 2015, todavía no ha sido presentado formalmente (2). Trata principalmente del análisis de una flauta de pan bipolar, similar al siku, que se encuentra en el museo de sitio de Huaca Rajada, Sipán, con lo cual pruebo fehacientemente mi teoría de que la técnica dual, complementaria, del siku altiplánico viene de la cultura Moche.
En el libro detallo los pormenores de la escala repartida encontrada. Con lo cual mi teoría de la existencia de la técnica dual del siku en la cultura moche se convierte en una certeza. Anteriormente, algunos investigadores, como César Bolaños, dudaban de la hipótesis porque esta era sustentada en base solo a representaciones pictográficas en los vasos moche y no en la existencia de un instrumento real.
El segundo libro que acaba de salir de la imprenta la semana pasada, se titula: La música Nasca. Fundamentos, permanencia y cambio. Descubriendo los sistemas musicales prehispánicos andinos. En este libro, por primera vez divulgo a la comunidad científica y al público en general, el descubrimiento del sistema musical de los nasca; es decir, del sistema musical andino que viene desde nuestra prehistoria. Descubrimiento que ningún investigador, a lo largo de aproximadamente un siglo, ha logrado hacerlo. El libro explica y comprueba que el sistema musical de los Nasca se basa en una escala hiperbólica de trece tonos por octava, muy similar a la actual escala cromática de doce tonos, pero con otro fundamento. Con lo cual se dejará de lado la tesis vigente sustentada por los investigadores franceses Raoul y Marguerite D’Harcourt en 1925 que propone que la música andina era y es pentafónica. Es, pues, un descubrimiento revolucionario que me ha tocado realizarlo e indica lo avanzado que estaban nuestros antepasados en materia musical. Mucho más de lo que hasta hoy imaginábamos.
Planeo presentar estos dos libros en varios lugares y, desde luego, también en Puno. Con lo cual daré por culminada mi labor de investigación musical de cerca de cuarenta años para dedicarme por completo, en adelante, a la composición.
¿Cuál crees que es la motivación para que la promoción 62 de la GUESC se reúna periódicamente y es la única que desarrolla alguna actividad alrededor del que fuera su colegio de secundaria?
Nuestra promoción, la primera que estudió los cinco años completos en el local de la Avenida El Puerto, actúa también de la mano de compañeros de promociones anteriores. Creo que nuestra generación adquirió de nuestros profesores carolinos, seguramente, en el esplendor de sus facultades y virtudes pedagógicas, un gran amor por nuestra tierra y su cultura. Existe un sentimiento general de actuar conjuntamente, liderando acciones por el progreso de Puno.
Notas:
1. La entrevista la realizó César Suaña Zenteno en octubre del 2017
2. Los mencionados libros de Américo Valencia Chacón fueron presentados el fin de año pasado en la Asociación Cultural Brisas del Titicaca y en febrero último en Puno durante el “Simposio sobre Patrimonio Inmaterial” y “X Encuentro Internacional de Sikuris” organizado por el Instituto Jilata y Sikuris 27 de Junio Nueva Era, con el respaldo del Ministerio de Cultura – Dirección Desconcentrada Puno.