Juan de la Cruz Machicado: «Mis cuadros se exhibían entre los de Dalí y Miró»

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Juan de la Cruz Machicado, extraordinario pintor puneño, nos cuenta en esta entrevista sobre su vida entregada a la pintura, y su visión sobre el arte contemporáneo.

Juan Pío Mamani Chambi

¿Usted pertenece al neoindigenismo? ¿Cuál es la familia de pintores a la que pertenece?

La historia nos marca un indigenismo con una pléyade de pintores; entonces, al observar y al haber egresado de Lima, me veo obligado a retirarme a la sierra por la salud de mi madre. Pese a haber sido becado para Francia, hago un silencio de años en el programa de restauración, como docente también de bellas artes del Cuzco. Luego, al querer retornar otra vez al movimiento plástico limeño, me veo obligado a pintar lo que sentía aquí en la sierra; los críticos o los comentaristas de arte me ponen un título el neoindigenista que crea Machicado. Te comento que fueron tomada con cierto desdén las propuestas provincianas en Lima, como quiera que todo esto fue también aplaudido por algunos pintores viejos de Lima; que -recordando- vi al indigenismo y me aconsejaron que continuara, y creo que no he hecho mal en razonar, de que realmente se podía lanzar con nueva estructura, con nueva composición, con nuevos elementos de la sierra y con nuevos colores para que de esto se expresara de diferente manera, a lo que un estilo que había pasado. Entonces, eso es el neoindigenismo.

¿Aparte de usted, hay otros pintores que han sido influidos con esta propuesta similar?

Sí. Podría estar por ejemplo, entre ellos, Julio Quispe Virhues “Quispejo”, que toma ya la parte del centro del Perú y es marcado su estilo porque no sé si recordarás haber visto inclusive en varias tiendas de artesanías unas figuras tomadas entre líneas, cubismo, mujeres sin rostro con sombreritos; ahí, entonces, él también ha creado el matiz de neoindigenismo. Otro que estaba haciendo es Milner Cajahuaringa, con elementos arquitectónicos, haciendo simbolismo y color. Ahora, en este momento, está enfermo, ya no produce; y bien, lo que sí he observado es en las bienales de arte que se han hecho en Ecuador, es que hay gente que quiere mucho a América. Entonces, cubre con este lenguaje latino una serie especial parecida a lo que habitualmente se tiene por tradición, ya sea la cerámica o los telares artesanales puesto al lienzo.

¿A qué pintores universales ha admirado a través de la historia y que tal vez le hubiera gustado conocer?

Han sido varios pintores con los que he llegado a recrearme, observando y analizando.

También debe tener influencia de otros artistas…

Podría mencionar a varios pintores que vamos a ir poco a poco analizando; el por qué de cada uno de ellos… Admiro, por ejemplo, a Dalí, pese a que es poco colorista, pero es más visto dibujante y hace una composición extraordinaria; pero este señor ha sido para mí un ejemplo y un animador de mi producción. Recuerdo que, años atrás, me invitaron para hacer una exposición en Washington, organizada por la embajada del Perú. Asistí a la muestra gracias al embajador Tito Benavides, quien estaba por entonces como agregado cultural de la embajada del Perú. Al terminar la exposición, me dice Juan ‘qué tal si la parte de tu muestra la podríamos trasladar al nuevo local de la OEA’, como quiera que no se había vendido en la primera exposición, para mí fue una oportunidad ocasional muy buena para poder exponer en la OEA. Pero parte de los lienzos fueron a parar a manos de un galerista en Washington, y me dice Juan: ¿‘Te parece si me podrías prestar estos tres cuadros que veo aquí para llevarlos al frente, muy cerca?’. Primero, fuimos a conocer su galería y luego se llevó los cuadros. La tarde de la inauguración voy caminando y de repente veo que había cambiado la escenografía de la puerta de ingreso; en eso dudé que si era o no era la galería que me había llevado este señor, hasta que por las gradas reconocí, porque había que bajar tres o cuatro peldaños para ingresar a la galería. Había una especie de recodo donde se mostraba a un puertorriqueño con una expresión de un árbol, en las ramas se veía un lenguaje de latino, un color exquisito. Bueno, había que seguir doblando casi en eso, veo mi cuadro, a un costado un Miró, al otro lado un Dalí, unos cubos de Dalí; entonces me vi sorprendido y realmente alimentado espiritualmente que cómo podía estar Machicado entre dos genios: Dalí y Miró. Ya, sin ver los demás cuadros que tenía la galería, me fui al baño a llorar de la emoción, fue uno de los grandes pintores para mí el caso de Dalí, que me haya incentivado, me haya dado una especie de inyección para seguir. Voy a completar con Dalí. Resulta que cuando fui invitado a hacer una exposición en Barcelona, también ingresé a una galería, a una exposición de grabados de Dalí que se abocaba al tema de la mosca, pues hay mil exposiciones de Dalí y me fui. Me fui, como te digo, es como una especie de hijo a reconocer al maestro que había visto en Washington. Y luego me fui a ver a Europa, otra vez con este personaje y después fui a visitar la casa de Dalí en Figueras para completar prácticamente la idea. Otro, para completar tu pregunta, es el maestro ecuatoriano Oswaldo Guayasamín; es un personaje muy importante en la plástica latinoamericana, creo que es uno de los pintores que ha sabido cuidar con mucho sigilo, el espíritu latino, claro, hay que decir, también tiene cierta influencia de Picasso, pero de todas maneras es un gran maestro para mí.

Y, bueno, volviendo a lo nacional y también a la pintura puneña…

En lo nacional, vamos a tomar en cuenta a pintores muy célebres. Aquí, en América, podría ser estos dos pintores arequipeños: Jorge Vinatea Reinoso y otro, Teodoro Núñez Ureta. Y en Puno, podría marcarse el caso de Carlos Rubina Burgos. Y quién sabe, de repente el maestro Víctor Humareda, aunque ha sido muy criticado, porque él y su lenguaje, que si no se leyera la firma de humareda, podría decirse que es un expresionismo elevado.

Usted, que lo frecuentaba, ¿qué es lo que más recuerda de Humareda?

Primero, Víctor Humareda ha sido poco amiguero. Segundo, frecuentábamos un lugar donde nos hacían marcos y bastidores. Un chileno nos hacía bastidores y se ocupaba exclusivamente en atender a pintores desde caballetes, cajas de oleos; esa era la exclusividad. Sostenía su taller en la calle Tacna en Lima, para esto había que ingresar casi hasta el segundo o al tercer patio, creo, y en eso Víctor retornaba y yo ingresaba, ahí es donde nos veíamos.

-Hola, Víctor -le decía

-Hola, qué tal, Juan -me respondía. Oye nos veremos esta noche en la exposición de Milner Cajahuaringa; el que vende papas en el mercado también es pintor -me decía.

¿Cree que se ha progresado en el arte puneño?

En las diferente visitas que he tenido a Puno, siempre he tenido una ligera apatía, no quisiera decir que soy el promotor, pero a decir verdad lo que he observado después de mi exposición de los 50 años de actividad artística, creo que he provocado que la gente se dedicara a pintar. He visto con mucha satisfacción a muchos egresados de bellas artes, docentes de bellas artes, alumnos que se les ha inquietado. Se les ha puesto una especie de inyección, veo una efervescencia de gente joven que en este momento buscan una manera de poder expresar en las artes plásticas, no interesa el estilo que sea. Lo que interesa es que trabajen y que vivan del arte, no porque es un oficio que a veces se menosprecia porque a veces se vende  o no se vende, o se vende una vez al año, pues mucha gente tiene temor a seguir trabajando para la pintura muchos se distorsionan de repente a hacer copias de pintura colonial. Otros que hacen de repente una artesanía ;pero, el afán es de que haya esa inquietud, esa mechita aún prendida que nunca se apague, porque las artes en general si uno deja de trabajar es bastante ingrato para volver otra vez a pintar.

¿Cómo elige usted sus personajes, o sus paisajes?

Estaba comentándote desde mi formación artística las veces que hemos estado como alumno en la escuela del Cuzco, poco o casi nada se ha hecho con figuras. Nos hemos conformado con los modelos que la escuela tenía. Pero, cuando llegué a la nacional Juan Manuel Ugarte, mi profesor nos decía que lleváramos una composición de figuras, para esto habría que ir al mercado muy temprano y desde las 5 de la mañana tomaba los buses con pasaje obrero para ir a tomar apuntes  al mercado mayorista y de paso tomar los caldos y bueno, después de eso, ya había que ir con un cúmulo de apuntes. Trabajar así la composición en la escuela de bellas artes. Así hice cuarto y quinto año en Lima. Luego, eso mismo se me prendió al volver al Cuzco, mi vida era en el mercado, tenía mi cuaderno de apuntes y observaba los colores, la formas, las curvas de la gente como se movía, etc. Entonces, tengo cantidad de apuntes en mi cuaderno y al venir aquí a Puno, me obsesioné mucho más, porque había una sintonización de forma. Parecían esculturas que se movían en la tierra especialmente las mujeres dentro de un cono determinado. Se mueven así y después el momento que se vienen las fiestas, ahí los jóvenes que incitan a bailar su diablada y toda esas cosas que también,  tienen esa forma tan especial. A mí no me gusta la fotografía tomo el apunte pongo el lápiz el cuaderno y me pongo a dibujar y la gente se agolpa para ver se como expreso mis cosas ahí. Eso a la larga me sirven como apuntes para desarrollar la pintura en mi taller, en este momento estoy comprometido con el INC a hacer la serie de la Virgen de la Candelaria y paisajes puneños que así se va a titular. La inauguración de la muestra va a ser en el museo de arte de la ciudad de Lima. Luego, la muestra se va a trasladar a Puno, ya para la candelaria esta muestra se va a trasladar también a Brasil, porque el que fue ministro de relaciones exteriores aquí en Puno, me ha invitado para hacer la primera exposición en Brasil y él se encargará de hacer los itinerantes dentro de Brasil.

¿Cuáles son los criterios elementales que uno debe considerar para apreciar sus cuadros?

Sabes, hay que ser sinceros para analizar y gozar de la exposición gráfica y de la música. No es necesario tener estudios previos, sino tener una cierta sensibilidad, ni es necesario saber pintar para decir y seleccionar una obra de arte, basta tener un gusto, porque todas las personas dibujan, porque todas la persona silban o cantan, ya sea clásica o popular de cualquier raza. Pienso que el arte es como el agua, todo el mundo lo bebe. Es así como se puede llegar a interpretar pero es fácil también denegar. Es decir, esto no me gusta porque no es agradable para mi oído o para mi vista.

¿Alguna vez pintó sus sueños o copia acontecimientos de sus sueños?

Es igual que el literato, a veces uno sueña que puede hacer una expresión determinada. Muchas de las veces los literatos posiblemente han marcado los pasos a continuar, así hay otras imaginaciones en la pintura. Yo creo que es frecuente. Pienso, elimino y corrijo las cosas que hay por descubrir en la pintura.

¿Cuál cree que ha sido su aporte a la pintura peruana o puneña?

Una familia se dedican a hacer tapices, recuerdo mucho de que tuvieron interés en el Perú, a esas personas plantearles mi motivo y ellos lo aceptaron con mucho agrado. Hicimos una exposición en Lima, en la tienda que ellos tenían y luego lo trasladaron las propuestas a diferentes partes del mundo, se hizo una exposición en New York, en Miami y en Madrid. He visto tapices Machicado en diferentes sitios y me satisface un momento. Dos de estas familias Paucar y la familia León viven cómodamente vendiendo tapices  u otros motivos. Se les ha motivado en forma especial. Resulta que en el primer gobierno de García me invitaron para hacer los nueve destinos de producción turística y se hicieron afiches con ese motivo. Se repartió a todo el mundo me dijeron los señores de la embajada de  Berlín. Machicado aquí en Berlín usted no es desconocido es un artista peruano pese a que yo estaba haciendo una exposición en Frankfurt, me invitaron para que yo viniera  aquí para que me llevará totora para realizar una balsa de totora en Heidelberg a orillas del río Neckar.

Durante su vasta trayectoria, ¿ha realizado su autorretrato?

Para eso hay que tener un poco de ego  ¿no?

Creo que todos los seres humanos para mi tenemos ego, solo que algunos se han dedicado a cultivarlo más y algunos menos, o como ocurre en algunos pintores.

Bueno me he hecho solamente dos autorretratos el primero cuando egresé de bellas artes hice un autorretrato y no sé vino una persona, ahí me puse un chullo y me hice un retrato no sé si por el chullo o por la persona me compró, después me hice otro más pequeñito no se posiblemente por el empaste y la fluidez del dibujo este le gusto, y también me compró son solamente dos autorretratos que me hice pero no tengo en mis manos ningún otro autorretrato.

¿Ahora sabe dónde están esos autorretratos, con quién está, o los reconoce?

Creo que uno de ellos está en el Cuzco, porque era una familia Benavente, la otra creo que se vendió en el extranjero.

¿Mientras pinta, piensa en las personas que verán, disfrutarán, criticarán sus cuadros?

No, siempre he pintado mis deseos y mis caprichos siempre he pensado de que primero tiene que ser buena obra y casi no me conformo con los cuadros que aparentemente he acabado. Siempre falta que añadir o que corregir, primero me hago una especie de autocrítica. Una vez terminado los cuadros los pongo de espalda. Entonces, me olvido por una temporada y después de pasar unos días vuelvo a observar y veo una cantidad de defectos. Unos se quedan así y otros hay que corregir.

¿Cuál es su opinión de los críticos de pintura en Perú?

Creo que hay muy poca gente dedicada a la crítica. Para hacer comentarios sobre arte, hay normalmente los que hacen una serie de halagos. El más analista era un crítico del diario. Al desaparecer él creo que ya no quedan muchos en Lima. Normalmente, te dicen una serie de halagos y a mí los halagos no me gustan. Los dicen por hipocresía. 

¿Qué opina del arte moderno o del arte digital?

Con esto del internet, la gente se fascina con facilidad en lograr una cantidad de formas raras, me parece realmente una buena contribución en este instante, pero no debemos alinearnos con esas cosas extranjerizantes. Pienso que el creador tanto en la pintura como en la literatura debe demostrar y ser sincero consigo mismo, porque eso la historia lo marca bien claro el español sus colores y formas son diferente al inglés. Con el tiempo nosotros los aymaras también hemos tenido etapas diferentes en el tiempo, ha sido diferentes a los paracas en la arcilla. Pienso que si ellos han hecho su producción en su medio que les rodea.  ¿A nosotros que nos queda ? Creo razonar casi en forma parecida y ser lo más sincero posible, eso son las tradiciones que creo hay que conservar en todo los artes y espacios.

Por otro lado, ¿usted es de Yunguyo  habla aymara?

No solo soy aymara, también soy Lupaca, salí a muy temprana edad de Yunguyo, y me vine aquí a Puno, a estudiar en San Carlos, hasta segundo de media.  Luego, viaje a Lima, después al Cusco ;y,  bueno, finalmente, a Puno. Y ahora voy frecuentemente a mi tierra natal, inclusive iba instalar un taller en Yunguyo. Me he visto comprometido con mi linda tierra desde aquella vez que traje una exposición a Puno, los de la municipalidad de Yunguyo, me dieron la llave de la ciudad y una serie de honores. Cuando llegué me comprometieron a hacer un mural para la municipalidad no solo, sino con auxilio de otros colegas.  Se los iba a pagar con el dinero que me iban a pagar, distribuir el dinero. Pero, parece que ha habido un desentendido me enrollaron casi todo un año completo entre llamadas urgentes, viajes de Juliaca a Lima, tuvieron que hacer otro presupuesto. Finalmente, no se ha concretizado y los materiales se han malogrado. Y si alguno que otro color está ahí solamente se ha quedado en el deseo.

Si usted fuera exiliado a una de las islas del Titicaca ¿cuáles serían los colores que se llevaría para seguir pintando?

Si, hablamos de exilio lo he hecho voluntariamente a Europa, pero el exilio ha sido para aprender a visitar varios museos en París, Barcelona y New York. Sí iría a una de esas islas a seguir aprendiendo de la naturaleza que es el otro museo más grande que pueden tener los Quechuas-Aymaras.

¿Si usted no hubiera sido pintor que hubiera sido de su vida?

He sido pintor desde la barriga de mi mamá, pero que si no hubiera sido pintor, muero y renazco ojalá así fuera pintor o hubiera sido escritor y estar horas ahí escribiendo en una mesa. hace poco recibí un mensaje de San Gabán, para escribir sobre los pintores puneños hasta los últimos yuqallas ‘muchachos’.

Es un gusto siempre dialogar con usted, ojalá en otras ocasiones todavía podamos seguir charlando, gracias maestro por dedicarnos su valioso tiempo.

Es una satisfacción el poder compartir esto con mis paisanos aymaras. ¡Salud!

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