Arequipa. James no es un campeón de fútbol pero sí de la vida. Ha vencido al covid-19, el virus con el que se enfrentó en el hospital Goyeneche durante 30 noches. James Vilca Lima es agricultor, ganadero, taxista y gusta del fútbol. Esta victoria es más que un gol de final de una copa del mundo, por eso su llanto de emoción.
Utilizaba dos balones de oxígeno por día y mientras le faltaba el aire, sacaba fortaleza pensando en volver a su casa del distrito de Chiguata, donde lo esperaban su hija Sofía de cuatro años y su retoño Vasco de cinco meses. “Me voy a encontrar con ellos recién hoy día”, sostuvo ayer, apenas le dieron de alta.
Minutos antes de dejar el módulo, los médicos, enfermeras y técnicos del Centro de Aislamiento Temporal (CAAT) Covid del nosocomio, le tenían una pequeña despedida, con globos y aplausos, recordando su valerosa lucha contra la enfermedad que sospecha la contrajo cuando viajó a Cusco.
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“Después de su viaje volvió con dolores de cabeza, del cuerpo y por eso lo llevamos al centro de salud de Chiguata, nos dijeron que era covid y lo trajimos al hospital”, cuenta Antonella Cueva Velásquez, su esposa.
Al llegar al Goyeneche lo internaron de inmediato por su crítico estado y un cuadro de neumonía que presentaba. El CAAT atiende a pacientes leves y moderados, pero por la voluntad de James, asumieron el reto de atenderlo. Su saturación era de 79, tosía constantemente, le faltaba el aire, no hablaba ni podía comer y requería una cama UCI.
“Nosotros mismos queríamos referirlo al hospital Honorio Delgado, pero tuvo fe en recuperarse y quiso quedarse”, confiesa el médico infectólogo Jimmy Lipa Chancolla, jefe del área covid-19.
Hace un año, en el hospital Goyeneche se detectó el primer caso de coronavirus en Arequipa. Se trataba de un joven que retornó de sus vacaciones de Europa. A pesar de las dificultades y carencias, el nosocomio no deja de atender a los pacientes. En el CAAT actualmente hay 10 enfermeras, ocho médicos y 10 técnicos, que atienden a 13 pacientes y en lo que va del año ya dieron de alta a un centenar de ellos.
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La edad promedio de los atendidos oscila entre los 35 a 50 años, edades más jóvenes con respecto a los pacientes durante la llamada primera ola de contagio.
James tiene 37 años y ya el 20 de junio del año pasado pasó por un internamiento en el Honorio Delgado. Lo hospitalizaron por su tratamiento con plaquetas de sangre, pero en aquella ocasión le realizaron una prueba de descarte de covid-19 dando positivo. Sin embargo, no presentaba síntoma alguno. “Parece que fue un falso positivo aquella vez”, concluye el médico Lipa.
El paciente ahora retornó a su casa donde dice abrazará a su mamá, sus hermanos e hijos, quienes también pasaron por el covid-19. James hoy celebra la vida.
