Siempre que se va a un estadio, en el entretiempo se escucha decir a la hinchada mayor de 45 años frases como “el Ugarte de aquellos fue el mejor de todos los tiempos”. Entre los graderíos mencionan, además, nombres de jugadores que ya suenan a leyendas.
Todo tiempo pasado fue mejor, una frase que redunda en los tímpanos de algunos lugares por falta de logros, pero no siempre fue así. A veces, la falta de apoyo hace que no se consigan estos.
Se ha hablado tanto de Prudencio Viza, sobre todo porque fue protagonista de la Copa Libertadores de América del año 1976, que es como si Puno hubiera sido siempre una potencia del fútbol nacional. Tal es la situación, que parecemos viejos amargados buscando entender qué está pasando.
Tras asumir la cruda realidad del actual elenco ugartino, queda como consuelo rememorar los gratos momentos donde Puno llegó a lo más alto del fútbol competitivo.
Prudencio Viza Blanco, justamente, es una gloria viviente que llenó de júbilo a una fanaticada que fue testigo mudo de la consecución de laureles.
SUS INICIOS:
“Yo nací en el distrito de Calapuja, de la provincia de Lampa, el 06 de junio de 1951; actualmente tengo 68 años y sigo pateando la pelota en el campeonato de futsal de la categoría Máster”, dice el exjugador.
Desde muy joven fue a vivir a la ciudad de Arequipa (1966-1970); allí jugó por el Unión Tarapacá en el nivel amateur. Luego, en el año de 1971, el expresidente ugartino Julio C. Palomino lo trajo a Puno para que defienda las sedas del cuadro de Alfonso Ugarte.
ERA ZAPATERO:
El señor Palomino era un empresario en la confección y renovación de zapatos. “Nosotros (los deportistas) teníamos que laborar como zapateros. Mensualmente yo recibía 30 soles que alcanzaba para mi alimentación, vestido y otros requerimientos”, recuerda.
Solo en los momentos libres iban a entrenar para ser partícipes del fútbol amateur. De esa manera fueron formando un equipo puneño que consiguió el sueño jamás imaginado.
EL ASCENSO:
En 1973, los ugartinos tuvieron que enfrentarse a “Guillermo Billinghurst” de Puerto Maldonado; allí ganaron 3-1. Se sumaron al equipo los foráneos Moisés Vargas (Huaral), Ernesto Neira (Camaná), Jorge Arrelucea (Lima), Néstor Vicente Vargas (Cuzco), José Luis Ticona (Arequipa) y el “chato” Alberto Peña, que vino desde el Callao.
“Trabajé con los profesores Juan Joya, Rónal Amoretti y el recordado Carlos Alberto Do Viera, quien nos enseñó a jugar el verdadero fútbol. Ese señor era muy disciplinado y con trabajo fuerte; nos hacía subir a los cerros Azoguine y el Cancharani, donde está el ancla”, recuerda don Prudencio.
Dice que no podían engañarlo, porque el señor Viera se dirigía a la cúspide de los cerros con su auto y los contralaba profundamente. Los que sufrían eran los jugadores que venían de la costa; pero ellos tenían que reconocer que el esfuerzo físico era lo predominante para lograr buenos resultados.
LA COPA LIBERTADORES
“Previamente le dimos valor al trabajo del profesor Carlos A. Viera y vino como su reemplazo Walter Milera junto al fenecido Walter Daga”, cuenta el gran zurdo.
En 1975, Alianza Lima quedó como campeón peruano; en el segundo lugar empataron con el Universitario de Rubén Techera y “papelito” Cáceres en el arco. En la misma capital tuvieron que definir el subcampeonato por penales.
“Para concluir la tanda le tocó patear a José Leyva y todos desconfiaban de su calidad a pesar que era goleador con sus cabezazos. Antes que ejecute el tiro, todos nos volteamos por la inseguridad y angustia; pero se vino la sorpresa y Leyva anota el gol de la clasificación y se convirtió en nuestro Dios”, recuerda Prudencio, como si fuera ayer.
El volante izquierdo cuenta que les tocó jugar con Alianza Lima con quien empataron 0-0 en Puno y Lima; “luego ganamos 2-1 a Santa Fe en Puno y empatamos a 2 goles en Bogotá; finalmente empatamos 1-1 con Millonarios de Colombia aquí en Puno; sin embargo, caímos 0-4 en su tierra”. Les faltó un puntito para clasificar a la siguiente fase.
Ese equipo que trascendió a la historia estuvo conformado por Amidey Pereira de Paraguay, Jorge Arrelucea y Alberto Peña Aguilar de Lima, Néstor Vicente Vargas del Cusco, Jesús Arias Díaz, Ernesto Neyra y José Luís Ticona Bustinza de Arequipa, José Leyva – huaralino
El arquero Walter Seminario de El Callao, Moisés Vargas de Huaral y el gran Prudencio Viza de Puno. Entre los suplentes estuvieron Celestino Ávalos de El Callao, Telmo Ávalo de Lima y Reynaldo Rivera de Arequipa. Dirigía a ese equipo Walter Milera.
EL FÚTBOL DE HOY:
“Hoy en día los dirigentes de Lima lo miran mal a nuestro Alfonso (Ugarte), porque siempre, cuando vinieron Alianza Lima, Municipal, Universitario y Cristal, perdían puntos valiosos”.
Ellos, “para sacarnos a nosotros se inventaron un campeonato zonal”. Además, no se calla nada y manifiesta que Ugarte quedó fuera de camino por una deuda que interpuso Pablo Bossi junto a los “corruptos de la Federación”.
“Ese señor Bossi no le ganó a nadie, ahora viene a perjudicar a nuestro cuadro por un dinero que no lo amerita. Pero la vida continúa y hay que seguir apoyando al equipo de nuestros amores”, finaliza.
Sin embargo, dentro de los actuales jugadores puneños que destacan están Diego Angles que juega en el Club Deportivo Binacional, Gonzalo Condori, Job Angles que defendieron a este actual Ugarte, entre otros muchos más.
Pero aún no le han dado a esta hinchada sufrida que domingo tras domingo asiste a al emblemático Enrique Torres Belón, el Coloso de Piedra, que mudo aún grita esos golazos del otrora campeón Alfonso Ugarte.