Los blancos de Chachapoyas

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Compilador: Rafael Mercado Benavente

La cultura Chachapoyas debería remontarse a la segunda mitad del primer milenio de nuestra era, pero la etapa de su florecimiento debió corresponder al siglo XI d.C., continuado hasta la presencia española. Sus ancestros según la teoría oficial debieron provenir de zonas norteñas de los Andes e hipotéticamente hasta de la costa. A juzgar por ciertas similitudes culturales perceptibles en cuanto al empleo de símbolos decorativos presentes en las paredes de sus construcciones, y según nosotros, la conexión más importante se daría con la extensa selva peruana.

MOMIAS RUBIAS

La Dra. Sonia Guillén es la máxima autoridad en momias peruanas y directora del Museo Leymebamba, lugar que alberga la colección de 230 momias chachapoyas encontradas en el Lago de los Cóndores. Estas ahora se guardan en silencio y aún conservan sus más profundos secretos.

Hablemos ahora del proceso de momificación chachapoya que fue fantástico, y similar al egipcio, este debió realizarse mediante sofisticadas técnicas, a juzgar por los excelentes resultados obtenidos. Tan pronto falleció el individuo, fue sometido a un proceso que consiste en detener la putrefacción. Los chachapoyas evisceraban al muerto. retiraban el contenido estomacal y luego el cuerpo era tratado para lograr que la piel se torne como el cuero, mientras que se colocaban copos de algodones en los orificios del rostro para preservar los rasgos faciales. Finalmente eran envueltos con textiles que actuaron como aislante.  El proceso fue una introducción propia de los incas que conquistaron ese territorio y reocuparon los mausoleos y sitios funerarios.

En 2017, en una entrevista un experto en momias egipcio, le preguntó a Guillén sobre las pruebas genéticas de las momias, a lo que ella expresó que estaban “en curso” por qué era difícil obtener material genético “científicamente sólido” de las momias.

Otro misterio es que se encontraron quipus, procedentes de la costa norte, hallados en la Laguna de los Cóndores, En sus nudos deben quedar registradas las estadísticas de aquella cultura. Por estos quipus encontrados, entre los difuntos debieron figurar antiguos “quipucamayocs” al servicio del incario y destinados a este territorio. Hay muchos otros artefactos y evidencias que no se muestran al público lamentablemente.

CONTROVERSIAS SOBRE SUS ORÍGENES

Le ocurrió algo increíble al conquistador español Francisco de Orellana. Él y sus exploradores remontando el río Amazonas, llegaron a las inmediaciones de la actual Manaos y “Vinieron cuatro indios a ver al Capitán, los cuales llegaron, y eran de estatura que cada uno era más alto un palmo que el más alto cristiano, y eran muy blancos y tenían muy buenos cabellos que les llegaban a la cintura, muy enjoyados de oro y ropa; y traían mucha comida; y llegaron con tanta humildad que todos quedamos espantados de sus disposiciones y buena crianza, sacaron mucha comida y la pusieron delante del Capitán, y le dijeron cómo ellos eran vasallos de un señor muy grande, y que por su mandado venían a ver quién éramos o qué queríamos o dónde íbamos […] El Capitán se las dio y que se fuesen en hora buena y les dio muchas cosas que diesen a su principal señor, y que le dijesen que el Capitán le rogaba mucho le viniese a ver, porque se holgaría mucho con él; y ellos dijeron que así lo harían, y se fueron y nunca más supimos nuevas de dónde eran ni de qué tierra habían venido (De Carvajal, 1986: 56)”.

Según otros datos de la crónica, los indígenas de la región le hablaban de unos hombres blancos, altos y rubios que vivían en ciudades más allá de la selva y que guardaban tesoros inmensos. Luego como vimos, se encontraron con una delegación de cuatro hombres blancos rubios y altos, bien vestidos y de formas educadas, quienes preguntaron a los españoles sobre la intención que tenían. Los españoles les dijeron que buscaban convertir la región al cristianismo y someterles a la corona de Castilla. Se despidieron y nunca más volvieron a encontrarlos.

¿Podían haber sido unos enviados por los chachapoyas o tal vez del reino del Paititi?, ¿o tal vez de algún otro centro poblado por blancos? ¿Cuál es el origen de los primeros chachapoyas blancos que llegaron a América mucho antes de la llegada de los españoles?

INDÍGENAS BLANCOS HOY

En 1998, el profesor alemán Dr. Hans Giffhorn viajó a los remotos bosques nubosos del norte de Perú en busca de un raro colibrí, pero quedó desconcertado por lo que había visto, las ruinas de Kuelap. Según sus exploraciones Giffhorn razonó la hipótesis de que los chachapoyas habían emigrado del Viejo Mundo. Escribe: “Los Viracochas, decían, eran una raza de divinos hombres blancos con barba. Eran tan parecidos a los españoles que los europeos se llamaron Viracochas en el momento en que llegaron al Imperio Inca. El Inca supuestamente pensó que eran los Viracochas que habían vuelto navegando”. Un caso similar supuestamente ocurrió entre los aztecas, Hernán Cortés y su creencia de que él era Quetzalcóatl (otra o posiblemente la misma deidad mesoamericana de piel clara y barba) que regresaba del otro lado del mar.

LA RECURRENTE PREGUNTA ¿LOS CHACHAPOYA ERAN VIKINGOS?

Así se preguntaba Federico Kaufman Doig, él se dio cuenta que en zonas de la Provincia Rodríguez de Mendoza, particularmente en la localidad de Chirimoto, algunos pobladores presentaban la piel más blanca que el común de los descendientes actuales del incario y de los chachapoyas en particular. Dice, en ciertos casos la blancura de la piel iguala a la caucásica y el pelo llega a ser rubio. Explica: “No tenemos noticia acerca de expertos en genética que hayan abordado este tema. Este hecho podría deberse a lo que suele calificarse de salto atrás, es decir, la aparición al nacer de ciertos rasgos físicos heredados de antepasados remotos”.

Continua Kaufman Doig: “Hay también propuestas de que vikingos se habrían establecido entre los chachapoya siglos antes de Colón y mezclado con los nativos chachapoya. En ese sentido, no concordamos con las ideas del distinguido científico de Hildesheim, Hans Giffhorn (2013) y otros autores que argumentan que los gringuitos, frecuentes en territorio de los antiguos chachapoya, particularmente de la provincia de Rodríguez de Mendoza, tendrían lejanos antecedentes raciales de vikingos y celtas así como de cartagineses, que partiendo de España habrían surcado el Amazonas más de 500 años antes que Colón. Esta presunción se basa en que los rostros de los personajes retratados en los sarcófagos como los de Karajía, muestran luengas barbas, rasgo que no es común entre la población originaria del Perú antiguo y los americanos en general, por descender de ramas del tronco paleomongol de escasa o nula pilosidad facial”

¿Para él esto es un error de apreciación, sin embargo, podría estar equivocado en parte? Luego comenta: “A fines del siglo XIX cundió la noticia sobre el hallazgo de una momia de pelo rubio, lo que podría deberse a factores originados por oxidación del cabello como lo estableció Hans Disselhoff al examinar una momia de cabello rubio de la cultura costeña Paracas (Disselhoff 1969)”.

¿MAS MOMIAS RUBIAS?

Durante excavaciones y estudios actuales, realizados en el Lago de los Cóndores, los investigadores encontraron momias con cabello que variaba desde tonos castaños claros, hasta rubios y pelirrojos. Estos colores se mantuvieron notables a pesar del paso del tiempo, debido a las condiciones favorables de preservación en las tumbas y el entorno.

Surgen varias preguntas entonces. ¿Dónde podemos ver esas fabulosas momias rubias, dónde están las primeras momias rubias encontradas, y porque en diferentes partes del Perú siguen desenterrando momias rubias, es que acaso todas presentan decoloración? ¿Por qué escondieron a la gran mayoría de momias rubias de chachapoyas, que les hicieron, se las llevaron los “inkas”, las quemaron los españoles, las escondieron en tiempos modernos, o alguien se las llevó?.

Durante una estancia en a Amazonía peruana para un proyecto de filmación sobre el entorno natural, Hans Giffhorn, un profesor alemán de educación y posteriormente de estudios culturales, desarrolló un interés en la cultura Chachapoya en 1998. Abordó la hipótesis de un origen transatlántico de los Chachapoya.

La hipótesis provocativa fue criticada por muchos expertos, pero sigue siendo popular en el discurso público en Europa, como lo ejemplifican algunos artículos en periódicos alemanes. El profesor, se percató nuevamente en que los descendientes de los chachapoyas, eran blancos, y que predominan aún rasgos raciales nórdicos, cabellos rubios, ojos claros, piel blanca rosada o pecosa, y esto a pesar que el mestizaje amerindio se halla muy introducido.

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