Con Hermelinda Zapana en prisión preventiva y su hijo de 8 años recuperándose de extensas quemaduras en su cuerpo, se debe saber que no fue la primera vez que lo había agredido y que la mujer arrastraba antecedentes inadecuados para criar a un niño, a pesar de lo cual ninguna autoridad tomó cartas en el asunto.
En el 2022, la mujer fue denunciada por agredir a su vástago. Sin embargo, la fiscalía no profundizó en los hechos y de inmediato archivó la investigación.
En el documento solo se encuentra una breve referencia que indica que el 22 de octubre de 2022, a las 14:45 horas, la denunciada habría agredido físicamente a su hijo menor lanzándole una manzana al rostro.
La fiscal optó por lo fácil: mandó al niño al médico legista, quien dio su diagnóstico y concluyó que no había lesiones que ameriten abrir un proceso penal.
Ese fue solo un antecedente, una preparación para lo que vendría el 7 de agosto del 2024. El menor regresó tarde a su casa y se encontró nuevamente con el horror.
«El día de los hechos, su mamá lo envió a traer agua, pero él se demoró jugando en el parque. Cuando su mamá llegó, enojada, lo llevó a casa jalándole la oreja. Le golpeó con una correa en las piernas, y luego lo roció con el agua en el parque. Después, fue a comprar alcohol, se lo echó en el cuerpo y le prendió fuego con un fósforo, quemándole la ropa en el pecho. Esto sucedió en su casa. Además, lo atacó nuevamente después de que ardiera; su mamá casi lo asfixia con un cable, y él no podía respirar».
Es decir, el niño tuvo que esperar a que su madre lo bañara con alcohol y le prendiera fuego para que la justicia se acordara de él. Otros tienen menos suerte y solo se acuerdan de ellos cuando ya han sido asesinados por sus maltratadores.