Alexandra Ramos
A casi dos meses del inicio de la obra del mejoramiento de la avenida Simòn Bolívar, el excesivo desmonte por el asfalto de la pista, no sólo se ha convertido en un problema para los moradores de la avenida en reconstrucción, sino también para los vecinos de alrededores de la bahía de oxidación.
Tras el malestar de comerciantes de la feria sabatina por los escombros que bloquean al menos un 40% de la avenida Simòn Bolívar, la Municipalidad Provincial de Puno inició el proceso de levantamiento de desmonte.
Sin embargo, el destino de estos escombros de la avenida en reconstrucción, es el entorno a la laguna de oxidación, exactamente entre el cruce de los jirones Primavera y Joaquín Inclán y la vía que conecta con la bahia mayor de Puno.
Este hecho, se realiza contrariamente a lo señalado en la Ordenanza Municipal Nº 200-2008 la cual está destinada a favor de la limpieza de la ciudad, protección y conservación del medio ambiente.
Esta ordenanza, sanciona el arrojo de desmonte o escombros a las orillas de la bahía interior del lago con el pago de hasta el 25% de una Unidad Impositiva Tributaria por ser considerada una infracciones grave.
A pesar de esta ordenanza emitida por la misma municipalidad, el desmonte de la obra, se sigue arrojado indiscriminadamente a esta zona de la ciudad, incluso con el apoyo de maquinarias de la misma entidad.
Irónicamente, se tiene el antecedente e incluso un spot publicitario en la cual se ufanan de haber sancionado a un poblador que fue encontrado llevando desmonte en un vehículo menor (motocarga) con el pago de 5% de 1 UIT por infracciones leves.
Cabe señalar que gran cantidad del desmonte aún continúa en la parte central y extremos de la avenida Simòn Bolívar.
Los Andes busco una entrevista con la Gerencia de Desarrollo Urbano para conocer esta realidad, sin embargo nunca respondió a nuestro llamado.