El Concejo Municipal de Mariscal Nieto, en Moquegua, aprobó la incorporación de los centros poblados Aruntaya y Titire, ubicados en el distrito de Carumas, pese a que, según la delimitación vigente, ambos pertenecen a Puno.
Esta decisión ha desatado controversia y rechazo en la región altiplánica, donde el dirigente Milton Cariapaza calificó la medida como una “provocación y consolidación de invasión”.
Exhortó a las autoridades de Ácora, Pichacani-Laraqueri, Puno, y a los congresistas puneños a actuar con urgencia. El conflicto limítrofe entre Puno y Moquegua, que lleva más de 20 años, se agrava por la inacción de las autoridades puneñas, según Cariapaza.
Mientras, Moquegua avanza en sus pretensiones, motivada por los recursos hídricos (como la laguna Pasto Grande) y los yacimientos minerales, explotados por empresas como Aruntani. Además, se denuncia un intento de apropiarse del puente Bello, ubicado en Laraqueri.
El tema de la demarcación territorial en Perú sigue sin resolverse debido a la falta de herramientas concretas del Ejecutivo para sanear límites interdepartamentales. Esto genera desequilibrios económicos y sociales.
Por ejemplo, Moquegua, con 250,000 habitantes, recibe S/ 4,870 millones de canon minero (2024-2025), mientras Puno, con 1,119,000 habitantes, obtiene solo S/ 2,776 millones. Esta disparidad impulsa los intereses económicos de Moquegua, apoyados por empresas extractivas explicó ampliamente Milton Cariapaza.
