El fallecimiento de los dos colegiales en la playa de Moho no es un hecho aislado, sino que forma parte de una tradición macabra, si se puede decir así, que ocurre generalmente en los días de la juventud, cuando cientos de estudiantes se van de paseo.
Como se recuerda, dos alumnos, de 16 y 14 años, murieron cuando fueron arrastrados por corrientes del lago en una zona que aparentemente era demasiado profunda y que había sido acondicionada como playa.
Un hecho similar se dio el 23 de septiembre de 2023, cuando un padre de familia que acompañaba a su hijo menor en un paseo falleció, aparentemente porque no calculó bien la profundidad del lago y se arriesgó demasiado.
El 25 de septiembre de ese año, una adolescente de 13 años cayó al agua mientras participaba en uno de esos juegos acuáticos y, después, fue golpeada en la cabeza por una lancha que venía detrás, lo que le causó la muerte inmediata.
La muerte del padre de familia ocurrió en una playa de Pomata, mientras que la de la adolescente tuvo lugar en la playa de Chifrón en Capachica. Ambos eventos sucedieron durante celebraciones por el Día de la Juventud.
Algunos años atrás, en 2014, un joven de 19 años, identificado como Ángel Paredes Chipana, perdió la vida al caer al lago muy cerca de la playa de Huacullani, a 10 km de la ciudad de Juli, durante un paseo por el Día del Estudiante del colegio Telésforo Catacora.
Como se puede apreciar, la seguridad ha sido un tema constantemente descuidado en los paseos escolares. Incluso se habló de prohibir los viajes, pero esto fue “letra muerta” para las autoridades de los centros educativos.