Escribe: Carlos Peña Julca
A pesar que el Estado tiene el deber de velar, asegurar y proteger la salud de todos los peruanos, el sector Salud en Perú enfrenta una crisis que se ha agudizado en los últimos años. Algunos de los problemas que afectan al sector son: falta de personal, desigualdad en el acceso a la atención médica, infraestructura deficiente, financiamiento insuficiente, fragmentación del sistema, descoordinación entre niveles asistenciales, insuficiencias en geriatría y salud mental, entre otros.
“Este año difícilmente los hospitales podrán garantizar la prestación del servicio. No hay insumos, no hay medicamentos, no hay elementos quirúrgicos para atender a los pacientes. Por eso, deben ser remitidos de un sitio a otro y así terminan en un paseo de la muerte”. Escuché decir a un médico en el hospital de Camaná.
La profunda crisis que vive el sector Salud desde hace varios años tiende a agudizarse, mientras el Gobierno sigue negando lo evidente. Claro está que los profesionales de la salud mediante sus representantes tampoco gestionan o denuncian las irregularidades que se presentan en sus centros laborales, salvo cuando la situación se hace insostenible.
Los últimos días hemos visto y oído lo que denuncian los médicos, la falta de equipos, infraestructura deficiente, etc., etc., y es verdad, muchas instalaciones de atención médica en Perú carecen de infraestructura adecuada y equipos médicos modernos. Esto afecta la calidad de la atención que se puede proporcionar y la capacidad de realizar diagnósticos oportunos y tratamientos avanzados.
También es notorio que el Perú enfrenta una escasez de médicos y otros profesionales de la salud, especialmente en áreas rurales. Esto limita la capacidad de proporcionar atención médica de calidad en todo el país. Añadido a esto se ve la urgencia de superar los problemas que se tiene al designar las jefaturas, direcciones de hospitales y de redes, donde se pone a personal por compadrazgo político y sin que se reúnan los perfiles para optimizar el desempeño dirigencial. Lo sucedido anteriormente en la región Lambayeque donde su gobernador ha manifestado que se tendría que cerrar los servicios de emergencia por falta de recursos, es una muestra de lo que sucede a nivel nacional. A nivel de nuestra región Arequipa y de las provincias la situación no es diferente, hospitales como el Goyeneche o el Honorio Delgado amenazando con cerrar sus puertas y a nivel de las provincias hospitales a medio construir y sin que se vislumbre una solución definitiva dejan a la población desamparada de recibir atención médica y oportuna.
Entonces podemos decir que el sistema de Salud atraviesa una crisis estructural en términos de gestión, financiamiento, calidad del servicio y abastecimiento. A ello se debe añadir que un importante porcentaje de la población carece de la cobertura de algún tipo de seguro de salud y si lo tiene, a veces, es una carga que el asegurado tiene que solventar por la escasez de medicamentos o insumos que no recibe en el SIS. Por ello, proporcionar un acceso pleno y de calidad a los servicios de salud constituye uno de los principales desafíos de la administración estatal.
Frente a esta problemática que se vive en el sector salud, según los especialistas los desafíos que enfrenta son: desarrollar la Atención Primaria, abordar la inequidad en el acceso, solucionar el financiamiento insuficiente, mejorar la infraestructura, solucionar la escasez de recursos humanos. Ahora está en nuestras autoridades aplicar las acciones correspondientes y abordar los desafíos que se tienen, en el caso concreto de Arequipa y sus provincias la culminación de los hospitales que duermen el sueño de los justos y mientras esto sucede dotar de los implementos necesarios para que los hospitales, a punto de colapsar, se mantengan aún utilizables por la población que clama atención para sus males.