Verónika Mendoza dio un paso al costado y, de momento, hay dos opciones para candidato presidencial de Nuevo Perú: un aimara educado y un izquierdista de la vieja guardia. Los Andes probó el temple del primero en esta amplia entrevista.
Escribe: J. Carlos Flores Vargas
El 7 de abril de este año, Vicente Alanoca Arocutipa fue presentado como precandidato a la Presidencia de la República por el partido Nuevo Perú. En la interna, Verónica Mendoza dio un paso al costado y quedaron dos posibles sucesores siendo él uno de ellos.
¿Está con los pies sobre la tierra?
A continuación la respuesta: tNuevo Perú se asocia a Verónika Mendoza.
¿Qué pasó con ella?
La compañera ha desistido de la candidatura y el consejo ha determinado que vayamos dos precandidatos: el compañero Julio Castro, quien proviene del Partido Socialista, y mi persona. Estamos en el proceso eleccionario. No hay fecha, se dijo: un militante, un voto, pero esto lo va a estar implementando el comité electoral.
Destaque aspectos de su biografía.
Soy aimara, tengo 57 años, soy de la comunidad de Alcasaya y nací en la comunidad de Alpacollo. Trabajo en la Universidad Nacional del Altiplano y he tenido la oportunidad de visitar varios lugares. Yo estudié Antropología y también Educación y tuve dos estancias en Europa para seguir dos doctorados. Considero que esta es, en parte, mi carta de presentación.
Tiene credenciales de académico pero a ellos nunca les fue bien en política…
Ese es el problema: la academia ha estado desligada, divorciada de la realidad. Hemos caído en una suerte de academicismo por el academicismo mismo. Sin embargo, nosotros siempre hemos transitado entre la academia y las organizaciones sociales. He participado en numerosos eventos, en rondas de organizaciones de mujeres, fui teniente gobernador, trabajé con profesores y con diversas organizaciones. Por eso, intentamos combinar el rigor académico con la responsabilidad social que nos corresponde.
¿Por qué en Nuevo Perú?
Fuimos convocados precisamente porque coincidimos en la visión de trabajar por el Perú desde principios arraigados en nuestra identidad. Hablamos del Suma Qamaña (vivir bien), concepto andino que encarna este partido, pero aún hay camino por recorrer. Nuestra formación y origen nos permiten aportar esa mirada.
Cómo define su personalidad Hemos vivido momentos de dolor muy fuerte que nos han marcado.
Perdí a mi padre cuando tenía 17 años; fue asesinado, y hasta hoy no se sabe nada de sus autores. También perdí a un hijo de 22 años. Hemos pasado por un dolor muy fuerte; sin embargo, h e m o s aprendido que el dolor debe convertirse en sabiduría, en sapiencia.
¿Ha sublimado su dolor?
Yo creo que todavía arde, pero estamos tratando de resolverlo, encarnando esta lucha a partir de los jóvenes que apuestan por desarrollarse: desde la academia, desde espacios muy puntuales de emprendimiento o desde los comerciantes. Entonces yo siento que gente como nosotros, que venimos de abajo, sí puede transformar el país. No solo estando en el gobierno, sino desde el espacio que nos toca vivir y afrontar la vida.
¿Cómo cree que lo recuerdan sus alumnos ?
Lo que yo quiero que recuerden es que no solo hay que juzgar el hecho, sino también el proceso. A partir de ahí, es cuando se deben tomar decisiones. Y eso, creo, es lo que recordarán mis alumnos: que soy un poco exigente… a veces cierro la puerta y no lo hago para rechazarlos, sino para que reflexionen…al fin y al cabo, son jóvenes en proceso de formación.
Su partido ha sido etiquetado de caviar, ¿qué piensa de eso?
El estilo que se maneja en el país de estigmatizar lo peor, de magnificar hasta el más mínimo error que pueda cometer algún líder o figura pública -no solo en el ámbito político, sino en todos los espacios- es una situación que, digamos, se ha vuelto cotidiana e incluso natural. Sin embargo, nosotros, venimos de la comunidad y además participamos en varias instituciones.
¿Ha pasado por más partidos?
Yo no pasé por ninguno. En algún momento firmé alguna adhesión pero no he militado en partidos políticos, salvo Nuevo Perú.
¿Por qué en la izquierda?
Critico a aquellos que dicen ser de izquierda o derecha, porque incluso bajo el nombre de ‘izquierda’ se ha estigmatizado a la gente. Por ejemplo: cuando Mariátegui fue a Europa y dijo que “la revolución hay que hacerla con los indígenas”, la izquierda marxista ortodoxa lo rechazó y lo echó.
¿En qué parte dice Mariátegui que hay que hacer la revolución sin los indígenas?
Desde nuestra perspectiva, existe todo un segmento de la población — jóvenes, organizaciones, transportistas, comerciantes— que no participa ni en la izquierda ni en la derecha, pero que viven cotidianamente el dolor y el sufrimiento de estas exclusiones sistemáticas. Algunos partidos de izquierda los han involucrado, pero en otros casos solo los han utilizado. Para nosotros, este partido representa una oportunidad; no para Vicente, sino para ese sector de la población que quiere participar y que debe participar para plantear propuestas de desarrollo al país.
¿Un referente político?
Bueno, yo me quedaría con Túpac Katari. Muchos lo ignoran, pero fue un gran líder aimara. Su frase famosa lo dice todo: “No me matarán a mí solo… volveré y seré millones”.
¿Usted se considera uno de esos millones?
Soy aimara. Creo que los aimaras, y todos los andinos, estamos presentes no solo en Puno, sino en el mundo entero.
Pasando a otro plano.
Uno de los grandes problemas es la inestabilidad política ¿Hay remedio? Recién en el 2011 se creó el Ministerio de Cultura, que identificó 55 pueblos originarios y 48 lenguas. El problema del Perú no es de orden legal, sino estructural e histórico: estos pueblos nunca han participado como actores reales del desarrollo del país. Mientras no entendamos eso, seguiremos repitiendo los mismos patrones del pasado. Hay problemas que deben resolverse de manera estructural, no desde enfoques parciales. Un abogado dirá que es un tema jurídico; un economista, que es económico. Pero la realidad exige un abordaje holístico para resolver los problemas del país. Necesitamos construir un Perú donde estos pueblos no solo preserven sus culturas, sino que también participen activamente en el desarrollo nacional. Sin embargo, históricamente no han tenido representación genuina, y cuando la han tenido, sus líderes han sido absorbidos por los clanes de poder que controlan los espacios políticos.
¿La Asamblea Constituyente sigue siendo la bandera de Nuevo Perú?
El partido está dando prioridad a la nueva Constitución, aunque paradójicamente son los mismos que antes se oponían a cambiarla y que ahora la han ido reformando según sus intereses políticos y económicos. Frente a esto, nosotros planteamos una propuesta clara: el país necesita un nuevo contrato social. No puede ser un proceso impuesto desde arriba, sino que debe construirse desde las bases, con propuestas concretas que resuelvan problemas reales como la criminalidad. Por ejemplo, hace apenas dos días salió a la luz el caso del despojo de tierras a comunidades. Esto evidencia cómo, bajo la actual Constitución, instituciones como el Congreso y el Poder Ejecutivo actúan de espaldas a las necesidades de la población.
Finalmente, mencione momenos destacables de su vida
Recuerdo especialmente cuando defendí mi tesis en aimara en Europa. Ese momento tan significativo no era solo mío o de Vicente, sino que pertenecía a todo mi pueblo y mi cultura. Ahora, este 7 de abril, nuestra comunidad nos iba a recibir con el mismo ritual tradicional que practicaron nuestros ancestros. Esta ceremonia me trajo a la memoria las canciones que cantaba mi madre.
Dato.
Julio Castro es el otro precandidato. Su perfil es radicalmente diferente: militó en partidos de izquierda desde se juventud, fue miembro del Congreso Constituyente del año 1992 y fue diputado. Además, fue muy cercano a Javier Diez Canseco.