Por: J. Carlos Flores
La ley del retorno a la bicameralidad que, fácticamente, impone una nueva Constitución a gusto y medida de la ultraderecha peruana, fue aprobada con los votos de los congresistas puneños Carlos Zevallos Madariaga, Jorge Flores Ancachi y Óscar Zea Choquechambi.
Como se recuerda, en la víspera, el Congreso agendó el debate de la reforma constitucional en segunda votación, prácticamente a espaldas de la opinión pública, a pesar de que se cambiaron 50 artículos de la Carta Magna del 93.
El efecto práctico de la nueva norma constitucional es que 40 senadores tendrán el poder de sacar al presidente, elegir a miembros del Tribunal Constitucional, contralor, así como mandar al tacho a las normas aprobadas por la Cámara de Diputados.
Un detalle que no debe pasar por alto es que los senadores tendrán que haber sido congresistas o diputados antes de ser elegidos como tales. A esto se suman algunos requisitos que calzan con lo que tienen los actuales congresistas de la ultraderecha, en especial del fujimorismo.
SE JACTAN
“¡Hemos dado un paso histórico hacia la institucionalidad de nuestro país! Aprobamos en segunda votación la reforma que establece el retorno a la Bicameralidad”, dijo sobre la aprobación de dicho proyecto el congresista Alejandro Cavero Alva.
“La bicameralidad además de promover la calidad de las leyes, garantiza algo que es fundamental: el balance y separación de poderes; algo que desprecian los que sueñan con una dictadura al fiel estilo venezolano en nuestro país”, sostuvo Alejandro Muñante.
“El retorno de la Bicameralidad marca un hito histórico para el Perú. Este proyecto de ley, de mi autoría, busca una mejor representación nacional. Inspirado por el legado de mi padre”, agregó Roselli Amuruz.
En suma, los tres congresistas puneños le dieron el gusto y el poder total a los políticos más repudiados por sus electores.
Algo más:
El senado es indisoluble. Nada puede sacarlos del poder, tal como se aprobó en texto que ahora forma parte de la Constitución.