Escribe: Oscar Pareja Castro
Sin duda, cerrar el año con la noticia de que en el Congreso se ha enquistado una red de prostitución, grafica la miseria de nuestra clase política en la que está sumergida hace buen tiempo. Y aún más grave, asesinar a una testigo clave para ocultar todo bajo la alfombra, esta es la humillante realidad de quienes representan a los peruanos, autodenominados “Padres de la Patria”.
Los reflectores del mundo se han vuelto hacia el Perú al revelarse que el jefe de la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento, Jorge Torres Saravia –vinculado con Alianza para el Progreso de César Acuña- contrató como asesoras a prostitutas para ofrecerlas a altos funcionarios.
La encargada de reclutarlas, Andrea Vidal Gómez, tras su despido, fue acribillada en la vía pública por parte de sicarios que dispararon 60 veces contra el taxi en el que se trasladaba.
Una extrabajadora del Parlamento en el anonimato contó que Jorge Torres Saravia armó una red de prostitución dentro del Congreso, haciendo pasar a mujeres como secretarias u oficinistas a cambio de prestarles “servicios” a algunos de nuestros “dignos” legisladores. Justamente sobre el tema, de modo execrable, en un informe de Hildebrandt en su Trece, saltó el nombre del congresista por Arequipa, Edwin Martínez, quien contrató en su despacho a Isabel Cajo Salvador, con el único mérito de ser una joven “OnlyFans”. Como es sabido, Martínez, en lugar de admitir este exceso, defendió la contratación: “Yo antes de ser político, soy ser humano. (…) Para el cargo que yo necesito no se requiere siquiera ser bachiller”. La mujer no tiene ni bachiller.
El parlamentario puede contratar a personas que quiera sin la mínima calificación, pero para sus temas privados, más no para su despacho.
No puede pagar 7 mil soles con dinero de todos los peruanos a una persona que no tiene los mínimos requisitos para un cargo en el Congreso. Martínez insulta no solo la inteligencia del pueblo, sino que muestra desprecio por los profesionales de este país. Y en Arequipa, como la gestión del gobernador Rohel Sánchez, anda casi a la par con los escándalos de la clase política nacional, no quiso quedarse atrás.
El último fin de semana, los arequipeños vimos con estupor cómo el gerente de Energía y Minas, Iván Prado, se divertía en el interior de un prostíbulo del distrito de Chala en Caravelí, con un grupo de personas, hasta donde fue a trabajar.
Pero, como si esto no fuera suficiente, el funcionario con total descaro negó a los periodistas que sea él la persona que aparece en el video.
Dijo que estas imágenes podían haber sido manipuladas con Inteligencia Artificial. Pese a su descabellada y frágil defensa, -hasta el fin de semana- la gestión de Rohel Sánchez, con el silencio que lo caracteriza cada vez que su gobierno protagoniza un escándalo o un hecho irregular, lo ha respaldado en el cargo.
No solo la gestión del gobernador avala a una persona que visita lupanares en comisiones de trabajo, sino que lo hace a quien acude a la mentira para sostenerse en un cargo. En aras de la transparencia debió ser separado hasta que su caso sea esclarecido.
Así está la variopinta clase política del país y Arequipa, con la expectativa de que vengan mejores tiempos, aunque lo más predecible es que todo sea peor.