Por: Oscar Pareja Castro
Cada vez que se comete un sicariato o un hecho relativo al crimen organizado, inmediatamente sale el alcalde de la jurisdicción donde ocurrió el asesinato para responsabilizar a la Policía y demandar al Ministerio del Interior mayor énfasis en la seguridad ciudadana. La semana pasada el polémico ministro del Interior, Juan José Santiváñez, visitó Arequipa, los alcaldes de Arequipa lo tuvieron al frente y perdieron la oportunidad de encararlo.
Autoridades de distritos como José Luis Bustamante, Cerro Colorado, Miraflores, así como de la propia provincia de Arequipa, entre otros, tuvieron la oportunidad no solo de demandar un mejor trabajo de la Policía, sino también encarar al ministro por cómo se extiende de forma incontrolable el crimen organizado en todo el país, sin que su ministerio haga algo para frenarlo.
Alcaldes de los distritos de Alto Selva Alegre y Cayma, por ejemplo, no dijeron ni pío, pese a que sus jurisdicciones son unas de las más inseguras de la ciudad. Santiváñez el día de su visita firmó un convenio de cooperación institucional con el municipio selvalegrino y debió visitar al alcalde Linares junto a sus juntas vecinales. De allí el silencio de ambos.
¿Qué consiguieron los alcaldes o el ministro en esta reunión? Santiváñez llegó con las manos vacías a Arequipa, pero se fue con el baño popular que le dieron las autoridades de la región, a la cabeza del gobernador regional de Arequipa, Rohel Sánchez. No se consiguieron acciones concretas del Mininter en favor de la región.
Habrá que esperar a que alcaldes como Fredy Zegarra, de Bustamante, no salgan a quejarse de la Policía si es que ocurriera –ojalá no- un nuevo hecho protagonizado por el crimen organizado, o que Sergio Bolliger de Yanahuara vuelva a decir que la Policía está fallando en materia de seguridad ciudadana. Tuvieron su oportunidad.
Lo grave en este hecho es el claro y doble discurso que se utiliza entre autoridades. Te tengo al frente y soy cordial, diplomático, sin embargo, cuando los cuestionamientos alcanzan a mi investidura, es momento de tirarte barro y culparte. Lo obvio en esta visita del ministro, es que este último fue el más beneficiado.
¿Qué tan provechoso sería aliarse con uno de los personajes más cuestionados del país? Santiváñez no solo no ata ni desata en la lucha contra la criminalidad, sino que tiene un rosario de críticas en su contra, como cerrar la Diviac en perjuicio de la lucha contra la delincuencia.
¿A favor de quién está? No sorprende que el gobernador de Arequipa, quien hasta ahora no puede comprar los patrulleros que prometió en su primer año de gobierno, sea su aliado; pero, sorprende la sumisión de los alcaldes que fueron ignorados por el Ejecutivo cuando exigieron un estado de emergencia por la inseguridad. Es risible como indignante y el único perjudicado en esta situación, es como siempre el ciudadano común, víctima de la inseguridad.