Columnista: Walter Paz Quispe Santos
Emprendieron juntos la aventura de capturar el poder sin presagiar que algún día podrían enfrentarse dejando de lado de trabajar por un objetivo común y moverse en el terreno político por intereses de grupo. Me refiero a los Aduviristas y Luquistas, hoy enfrentados en el Consejo Regional.
La composición política del movimiento de Walter Aduviri eran doce consejeros, y parecían unidos al principio. Todo sucedió en la elección del consejero delegado; aparecieron allí los intereses del Aduvirismo por poner a un “tránsfuga” en la conducción del Consejo Regional y los Luquistas en cambio querían que el consejero por Azángaro o de Moho sea el delegado. En esta sesión se evidenció que Walter Aduviri tenía su grupo y que había negociado con consejeros que deberían estar en la oposición y que pertenecían a otros movimientos políticos; en cambio el Luquismo, es decir, los seguidores de Agustín Luque se quedaron con pocos consejeros. Esto puso en escena lo que todos temíamos en un momento de nuestro análisis político: la amarga experiencia del enfrentamiento del gobernador con su vicegobernador, como en las anteriores gestiones de David Jiménez, Hernán Fuentes, Mauricio Rodríguez y Juan Luque.
No cabe duda que en la actual gestión, Walter Aduviri y Agustín Luque están enfrentados, pero llevan sus relaciones en público como enemigos fraternos con mucho disimulo; seguramente por esas disputas de poder o las ambiciones por colocar en la administración del Gobierno Regional a la mayor parte de sus allegados, o tal vez por el anuncio del reinicio del juicio judicial de Walter Aduviri en este mes. Aduviri ha tenido un apoyo importante en el sur y Luque lo suyo en el norte de la región. Corroboremos esta disputa por el poder con la conducta política de los consejeros regionales en una de las últimas sesiones donde el consejero Aduvirista de San Román pone en agenda la peregrina idea de bajar el sueldo del vicegobernador a 5,000 soles mostrando un desconocimiento de las normas sobre la determinación de sueldos y dietas en un Gobierno Regional (para que su propuesta valga Aduviri debería de ganar 7,000 soles; Luque 5,000 y los consejeros 1,000). El consejo al final ratifica que el sueldo de Aduviri debería ser el mismo de antes, es decir, aproximadamente 15,000 soles, y de los consejeros de aproximadamente más de 4.000 soles. Este hecho puso en evidencia que el movimiento político de “La Gotita” estaba en crisis y que habían dos grupos enfrentados. Los Aduvirirstas versus los Luquistas; en el fondo, Walter Aduviri contra Agustín Luque. Era un venganza política por algún desencuentro que desconocemos, o sea presuntamente una orden de Walter Aduviri a sus consejeros leales para bajarle el sueldo a su vicegobernador Agustín Luque.
Algo similar ocurrió en la anterior gestión, de lo que soy testigo. Un consejero oficialista se apareció proponiendo bajarle el sueldo del vicegobernador con el argumento de que “ese no hace nada” a 7,000 soles, idea que prosperó en esa sesión pero que era también ilegal; al final, se supo que las órdenes venían directamente del gobernador por un acto de venganza porque el vicegobernador estaba exigiendo controlar el sur, especialmente El Collao, Chucuito-Juli y Yunguyo en los puestos de confianza. Son historias que se repiten.
En conclusión, tenemos un Consejo Regional dividido y obediente a sus caudillos; no son la primera instancia de un Gobierno Regional, como dice la ley, y andan peleándose por intereses mezquinos y en contra de toda la región Puno. Les importa más un botín antes que una región.