Arequipa. “Muchas veces la gente que viene al estadio no sabe lo que uno vive día a día”. Con estas palabras Giancarlo Carmona traslada el malestar, la bronca que sienten al interior de Melgar cuando escuchan y leen críticas viscerales de algunos hinchas y periodistas.
Más allá de la relación profesional, el limeño de 33 años de edad se caracteriza por ser un caballero fuera de las canchas. Su educación la demuestra al momento de saludar a todos y cuando no desea brindar declaraciones, lo hace cortésmente.
Como cualquier persona puede caer en la efervescencia propia de un partido, como aquel arranque de furia que tuvo cuando fue expulsado en el compromiso que el dominó empató (2-2) en Cusco ante Real Garcilaso, por la fecha 10 del Torneo Clausura de 2018.
En aquella ocasión el experimentado defensa le mostró el dedo medio a la afición cusqueña que estaba en la tribuna occidente del coloso imperial. Tras reflexionar, brindó las disculpas del caso, porque también es de hombres reconocer un mal comportamiento.
Su llegada al rojinegro no fue del agrado de todos. Es más, hasta ahora muchos cuestionan su contratación, pero el fútbol decidió premiarlo. Anotó el gol del triunfo sobre Junior de Barranquilla que al dominó le permite seguir dando pelea en la Copa Libertadores.
“Me saqué un poquito esa bronca, estoy orgulloso por la gente que me apoya, la que está siempre conmigo. El gol se lo dedico a mi hija que viene en camino”, comparte su alegría el popular ‘Barney’ quien profesionalmente debutó en 2005 en la Universidad San Marcos.
En lo estrictamente futbolístico, el campeón nacional con Universitario (2009) y Cristal (2012) ponderó pequeños, pero grandes detalles que al cuadro melgariano le permitieron cosechar la primera victoria en el Grupo “F”.
“Creo que tuvimos una pizca de convencimiento. Cuando las cosas no se estaban dando, cuando la estábamos pasando mal, el equipo empezó a meter, cosa que no pasaba antes. Gracias a Dios logramos dar un importante paso, pero siempre con humildad”, finalizó.