Columnista: Mayhc Vizcarra
La semana pasada le dedicamos una nota al gerente de la Municipalidad Provincial de Puno, Fredy Vilcapaza, quien dice ser heredero o sucesor de Pedro Vilcapaza, conocido personaje heroico de nuestra región.
Sin embargo, los hechos de Fredy son nada heroicos y más bien hacen pensar en lo contrario. Y es que su actitud contribuye a develar una serie de tramas destinadas a favorecer a los que más tienen, quitándoles a los desfavorecidos económicamente.
Fredy Vilcapaza, en su paso por la gestión pública, ha manejado varias “cajas” como mejor le ha parecido; poco o nada conoce de obras de prioridad, necesidad, urgentes, o primordiales para una población como la nuestra, donde aún existen sectores que ni servicios básicos tienen.
Él maneja la Caja Chica como le viene en gana. Es así que, una vez más, le dio la gana de intervenir la avenida Simón Bolívar; claro, como cree que los puneños son cortos de memoria y quizás hayan olvidado que ya fue intervenida (y no solo la berma central, como él aduce en algunos medios), gasta el dinero a placer.
Esa avenida fue intervenida en su integridad. Las veredas de ambos extremos eran nuevas; digo “eran” porque ahora todo está siendo removido, como si se tratase de un campo de batalla en el cual hay que aprovechar los dividendos.
Al final de este drama, seguro dirá que las obras son amores y no malas razones; sin embargo, duele que en una provincia como la nuestra, con innumerables necesidades básicas, con brechas por cerrar, nos demos el lujo de reinvertir en obras que ya se ejecutaron y que por el capricho de algunas personas se gaste más presupuesto, lamentablemente porque no fueron bien planificadas.
Este nuevo costo o esta nueva inversión en la avenida Simón Bolívar, se debe a la desorganización -qué ironía- de nuestras organizaciones sociales, las cuales, sin voz ni voto ante las autoridades, se ahogan en divisionismos y lamentaciones, gracias al exalcalde Iván Flores, quien astutamente “partió” la Central de Barrios y el famoso FOP, que hoy casi no tienen representatividad.
Los dos millones invertidos en su gestión como gerente de Mauricio Rodríguez, pudieron servir muy bien para todo un proyecto de ampliación de servicios de agua potable para alguna comunidad lejana de nuestra provincia; pero como Freddy no tuvo la capacidad suficiente de proyectarse, hoy vemos que ese dineral se va por las narices de Martín Ticona, quien no dice nada.
