De acuerdo con fuentes cercanas al fallecido bombero y agente de seguridad, Miguel Antonio Zúñiga Hinojosa (33), una mujer voluptuosa habría sido la causa de su fuerte discusión con la madre de sus gemelos.
De hecho, en la primera revisión en la escena del crimen, entre sus pertenencias se encontró un papel anotado con el número de una mujer cuyas características coinciden con lo señalado por las fuentes cercanas.
Este es un elemento más para la investigación de Yanira Cusacani Chávez (32), la madre de las dos hijas del finado y principal sospechosa del crimen sucedido la lejana mañana del 9 de mayo pasado. Ese día, según Yanira, Miguel Zúñiga apareció en casa completamente ebrio, luego de tres días de ausencia.
En los días anteriores, Antonio había ignorado sus llamadas telefónicas e incluso la llamó desde otro número de celular. Entonces, tras una discusión, el bombero cogió su arma de trabajo y, mientras ella estaba en otro ambiente, se disparó en la cabeza.
Al menos esa es su versión y la que todos creyeron en primera instancia; sin embargo, aparecieron indicios de una verdad muy diferente. En primer lugar, la distancia del arma al cuerpo del bombero era de 50 centímetros; demasiado lejos para que él haya sido el autor del disparo.
Además, el arma estaba más cerca de la mano izquierda que de la derecha, lo que no tenía sentido si se considera que la bala viajó de derecha a izquierda; es decir, Miguel habría tenido que disparar con la derecha para conseguir aquel resultado.
Hasta el momento, la prueba más fuerte es la pericia de absorción atómica, es decir, la búsqueda de rastros del disparo en la piel de Yanira Cusacani, la cual resultó positiva, mientras que la del fallecido resultó negativa.
La conclusión de la fiscalía fue que Yanira, dominada por un ataque de ira, acabó con el padre de sus dos pequeños de cuatro años. El número telefónico encontrado en el bolsillo de Miguel Zúñiga apunta al despecho como la causa de su tragedia.
