El fin de semana se llevó a cabo la Feria Internacional de Turismo organizada por la Asociación que agrupa a las Agencias de Viajes de Arequipa.
Loable labor que durante 32 años la organiza atrayendo los mejores exponentes de la industria turística no solo regional, sino nacional e internacional y que ponen a Arequipa en el centro de la atención internacional y que facilita el intercambio B2B (Business To Business) entre compradores y vendedores de productos turísticos, la perfecta muestra de la economía de libre mercado. La Feria se viene realizando a pesar de múltiples experimentos políticos que soportó el país, con buenas y pésimas decisiones gubernamentales a todo nivel, pero el empresariado privado siempre dio la cara, al final de cuentas es el único que genera ingresos al erario nacional.
Precisamente, el último escollo que tuvo que soportar fue el actual Gobierno Regional del por demás controvertido Rohel Sánchez quien aún no se ha enterado que su cargo obliga a decidir y liderar y no a sumirse en un letargo profundo de “meditación filosófica trascendental”.
La historia de la administración de Cerro Juli a cargo del sector privado bajo la condición de cesión en uso que se firmara hace 30 años y que venció éste mes, es una larga historia que linda entre ilícitos, lícitos y rentables, e ilegítimos usos, de la que no nos vamos a ocupar.
Más bien, sí es motivo del análisis de la gestión Sánchez, plagada de irregularidades, una de ellas la que por su falta de liderazgo prácticamente le cerró las puertas de este recinto a la organizadora de la FIT-AVIT obligándola de cambiar intempestivamente de sede, bajo la excusa de no tener aún la administración de este centro de convenciones, si ello fuera cierto, ¿cómo se explica entonces que días antes, varios eventos fiesteros y afines al chacareo y pastoreo se realizaron con los brazos abiertos del recinto, acaso gratuitamente? Más que conferencias, se trataría de “conveniencias”.
La censurable indefinición de la autoridad regional provocó la cancelación y cambio de sede de alrededor de 30 eventos feriales importantes, entre ellos el tan mentado CADE y sobre todo el descrédito de Arequipa como destino de eventos y convenciones y el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences and Exhibitions) de moda que durante muchas décadas al sector privado le cuesta muelas y pestañas.
Hoy una lúgubre neblina de incertidumbre cubre al Centro de Convenciones con un tufo “anti empresarial” a la espera de la coronación y asunción al trono de los ilustres miembros del nuevo directorio. Que el Señor nos coja confesados.
VIAJES Y TURISMO
Con: Oscar Enrique Pino Ponce