Escribe: Oscar Pareja Castro
La semana que pasó, la presidenta de la República, Dina Boluarte, ha dejado disparatadas como indignantes frases con las que ha enervado aún más el ánimo de los peruanos quienes cuentan los días para que este gobierno termine, con la esperanza de mejores tiempos.
Entre las expresiones “célebres” que dijo Boluarte, fue: “En dos años de gobierno que ya hemos culminado, podemos decir con orgullo que hemos hecho lo que otros gobiernos en cinco años o más no hicieron”.
Saber exactamente a lo que se refiere, es relativo. El ciudadano común lo puede entender en materia de corrupción (aún más acrecentada), en el deterioro de la institucionalidad, o la legislación en favor de la delincuencia.
Porque, hablar –por ejemplo- de logros en materia de desarrollo o crecimiento económico, sobre todo en favor de los más necesitados, es imposible asegurar que el Gobierno de Boluarte lo esté haciendo, puesto que su administración está plagada de graves indicios de corrupción.
“Acá no hay Odebrecht ni ‘Club de la Construcción’. Acá hay voluntad para trabajar de manera honesta, transparente y sin corrupción”, expresó Boluarte en Moquegua, como siempre lejos del calor popular de la gente común, acompañada por autoridades afines y resguardada por un fuerte contingente policial.
Acaso, ¿una presidenta honesta, transparente y sin indicios de corrupción debe andar siempre resguardada por una numerosa cantidad de policías, carecer de contacto con el pueblo, con la prensa y con la realidad en sí? Sus declaraciones distan bastante de la realidad y son contradicctorias.
“La que está hablando es la presidenta de la República, la que está a mi costado es la ministra de Turismo y Comercio, están los gobernadores; todos trabajamos. ¿A quiénes debemos atribuirles los resultados? A los que trabajamos, ¿o acaso acá hay extraterrestres que están dirigiendo el destino del país?”, declaró Boluarte, quien pareció olvidar los cuestionamientos en su contra, contra la ministra y los gobernadores, entre ellos, la de Moquegua, Gilia Gutiérrez.
Es incongruente ser frontal o procurar despertar la atención de los peruanos cuando el aparato estatal hace agua por todo lado, sobre todo en materia de corrupción e incapacidad de gasto en obras de real y gran inversión.
Entonces, ¿a quién o quiénes fueron dirigidas esas frases de Boluarte? ¿A ese 3 % que aprueba su gestión?; Porque para el pueblo peruano, estas expresiones son disparates o hilarantes aseveraciones que limitan con la ofensa. Definitivamente la lectura social que hace el gobierno del país es la más errónea incidiendo en la provocación. Hace poco Boluarte retó al Fiscal de la Nación para que la llame a declarar sobre el caso “El cofre”, diciendo: “Esta presidenta no se corre…”, sin embargo, cuando asistió al Ministerio Público optó por guardar silencio. ¡Esa es nuestra presidenta!
