Escribe: Ps. Silvana Alvarez Loayza
¿Alguna vez te ha dado miedo la oscuridad, pero ha sido recurrente? Seguramente se trata de una fobia llamada «acluofobia», aunque también puede ser conocida como nictofobia o escotofobia.
¿Qué es?
La acluofobia como tal es el miedo excesivo o temor a la oscuridad y más allá de la oscuridad, es más bien el miedo a lo que pueda pasar mientras no hay luz. Es importante mencionar que esta fobia es más relacionada con los niños, aunque no necesariamente les da a ellos ya que también puede estar presente en los adultos.
De hecho, el miedo a la oscuridad es algo normal cuando sé es pequeño y se podría decir que todos en algún momento pasamos por esta situación, sin embargo, se convierte en fobia cuando el miedo es excesivo pues en la mayoría de los casos el miedo es a algo inexistente, pero que a pesar de eso no cesa el temor.
Algunos autores han intentado descifrar qué produce esta patología, entre los cuales Sigmund Freud comentó que esto se debe a una ansiedad producida por una separación, ya sea materna o paterna, o por algún otro familiar. Pues tengamos en cuenta que la etapa de la niñez es una de las más vulnerables, lo que ocasiona que seamos más propensos a recibir una afección traumática y desarrollar en la etapa adulta las consecuencias. Por otro lado, las ciencias naturales nos dicen que hasta cierto punto esto es normal ya que las personas no estamos hechas para ver en la oscuridad, lo que ocasiona que estemos desprotegidos de prevenir algún incidente, dado que entonces se da por instinto.
Tratamiento
Uno de los principales tratamientos es terapia psicológica, y entre las que más destacan son: Terapia conductista de desensibilización ya que estimula al paciente a manejar un ambiente de relajación.
Otro tipo de terapia es la terapia implosiva donde se estimula al niño en un ambiente oscuro a desarrollar métodos de relajación propios para superar la fobia.