Este 19 de abril, el abogado Aníbal Torres rostro visible de APU, brindó una excelente entrevista al canal de youtube, “Aymaras por el Mundo”.
La comunicadora Dahlia Rojas no dudó en preguntar y repreguntar sobre la sombra política proyectada sobre Torres: su presunto papel de infiltrado de la ultraderecha en el golpe de Estado contra Pedro Castillo. Aníbal Torres responde con paciencia y apunta a otros personajes como el verdadero “topo” que precipitó la caída del chotano.
No hay pierde en toda la entrevista pero se recurre a extractos para ajustarse al espacio.
¿Cree usted que saldrá absuelto (juicio por rebelión)?
Lo que les digo es lo que está sucediendo: ahora, ante el tribunal, se está demostrando que no hubo alzamiento en armas. Claro, lo que podrían justificar es lo que dijo el magistrado San Martín: que hubo un “levantamiento psicológico”, una atemorización psicológica de los peruanos. Habría que preguntarles a todos los peruanos o incluso hacer una encuesta para ver si realmente se sintieron atemorizados por el discurso de Pedro Castillo.
¿Qué sucedió el día del golpe?
El 7 de diciembre llegué a mi oficina de asesores de la PCM a las 8:12. Estuve allí, pero no trabajé con otros asesores de la PCM. A las 11:05 de la mañana, el presidente, a través de un edecán, me hizo llamar. Ingresé al despacho presidencial junto con la premier Betsy Chávez. La premier lo saludó, y conversaron sobre un evento público que se realizaría. Me acerqué al presidente, lo saludé, y él me dijo: “Doctor, voy a dar un mensaje”. Al escuchar eso, me retiré hacia la puerta de la Sala de Embajadores…
La gente comenta que usted ha traicionado a Castillo ¿Cómo es posible que usted no le pregunte al presidente qué tipo de mensaje iba a dar?
Bueno, ese día, como le manifesté, a las 11:05 de la mañana ingresamos. El presidente me dice que va a leer, que va a dar un mensaje. No… bueno, yo pensé inmediatamente: “Va a dar un mensaje relacionado con su presentación en el Congreso de la República hoy a las 3 de la tarde”, o sea, el 7 de diciembre del 2022. Nunca se me cruzó por la mente que iba a leer un mensaje con ese contenido, no. Además, yo no era ministro, yo era asesor; ya no tenía el poder que tiene un ministro… Traidor me dicen esos cobardes, esos miserables que, cuando el barco se hundía, huyeron como ratas. ¡Y ahora salen a hablar de traición! ¿Qué hubiese pasado si yo no acompañaba a Pedro Castillo?
Le hacían firmar otros documentos. Allí estaba la fiscal con su folder de documentos que no se atrevía a mostrar, me miraba y escondía sus papeles. Claro que iban a querer hacerlo firmar algo para autoinculparse. ¡Hay que ser bien taradito para llamarme traidor después de todo lo que hice por Pedro Castillo! Hasta cuando fue remitido a Barbadillo yo lo acompañé, incluso en la noche, frente a esa situación de hecho (…) Cuando el presidente leyó su mensaje, tres personas escuchamos juntos ese mensaje: yo, el ministro del Interior, Willy Huerta y el ministro de Defensa, Emilio Bobbio. Pero hoy estamos procesados dos: yo y Willy Huerta. Bobbio no está procesado. Si hablamos de rebelión, ¿con quién debía coordinar el Presidente? ¿Con el jefe de asesores de la PCM o con el Ministro de Defensa? Obviamente con el Ministro de Defensa, porque para eso se necesita el apoyo de las Fuerzas Armadas. Esto es lo lógico. Por eso me resulta inexplicable lo de Bobbio.
¿Por qué cuando detuvieron al presidente en el “Cofre” usted permitió que lo lleven a una prefectura y no al Congreso donde se votaba su vacancia?
Señora, yo soy abogado, no soy un estúpido como para no decirle a las Fuerzas Armadas que nos estaban apuntando: ‘No apunten, sino llévenlo hasta el sitio’. ¿Cómo reaccionaba la Fuerza Armada? ¿Cómo reaccionaba? Hay que ser bien disminuido mentalmente para pensar que en una situación como esa vale el derecho frente a la fuerza bruta en su máxima expresión.
EL JUICIO.
Tanto él como Willy Huerta y Bettsy Chávez afrontan juicio. En esa situación no vale la ley. Lo que valen son las armas. Lo que valen son las balas. Entiendan eso. (…) “Alacranes que con su mismo veneno se van a matar. Yo no estoy desesperado porque no se ha inscrito APU. Yo no estoy desesperado porque no soy candidato. Yo tengo formas de participar en política. Se participa en política no solamente ejerciendo el poder directamente, sino que hay muchos otros mecanismos. Ustedes sabrán que cuando Pedro Castillo fue candidato, hubo una propaganda archimillonaria especialmente en Lima en contra de Pedro Castillo. ¿Quién salió a defenderlo? ¿Quiénes? La dirección. ¿Y cuánto ganó la elección? No, la ultraderecha pagó a los mejores abogados. En la elección, ¿quién defendió?
Es el que les habla, el que defendió. Allí tengo que reconocer conjuntamente con una abogada de Perú Libre. Durante todo el ejercicio del poder que tuvo Pedro Castillo, no lo asesoré, por supuesto. Y es por eso que duramos el tiempo que duramos, porque si no nos hubiesen sacado antes. No, esos que hablan de que soy traidor, ¿algo hicieron?, ¿alguna participación buena tuvieron en el Congreso?”
Según Shimabukuro, usted se comunicó con la hermana de Pedro Castillo y le dijo que si no leía el mensaje (del golpe) lo iban a detener…
Que presenten la prueba de que yo he hablado con la hermana o hermanas de Pedro Castillo. Que presenten eso. No las conozco, no he hablado nunca con ellas. Por primera vez me pasaron la voz ahora en el proceso penal, allí en el penal me pasaron la voz. Yo creía que serían algunas periodistas y les saludé con la mano, pero nada más. Personalmente no he hablado con ellas. De manera que, en vez de creerle a este individuo, que pidan la prueba: si yo he hablado por teléfono, allí tiene que estar registrado. Mire usted, a mí la policía y la fiscalía han intervenido mi casa, han rebuscado toda mi casa, han llevado documentos, han llevado mis computadoras, han llevado mis USB, han llevado todo. Y no han encontrado absolutamente nada. Si fuera verdad lo que dice este individuo, si fuera verdad, ya eso hubiese salido en el proceso. Pues ya se hubiese visto. Con eso ya habría indicios de que yo tuve que ver con el discurso leído por Pedro Castillo. Ellos se van a matar con su propio veneno.”