Por: Los Andes
El transporte público en Arequipa atraviesa una de sus peores crisis. Mientras que el SIT sigue sin consolidarse tras más de 15 años, las unidades informales proliferan sin control debido a la falta de interés de las autoridades.
Arequipa enfrenta un grave desorden en su sistema de transporte, donde las unidades informales han tomado el control de las rutas principales. Estas unidades operan fuera de cualquier regulación, desafiando las normas de tránsito y contribuyendo al caos vial en puntos clave como Avelino Cáceres y la Vía de Evitamiento. Sin una fiscalización efectiva, el impacto negativo sobre la seguridad y el orden urbano es evidente.
El problema no solo afecta la seguridad de los pasajeros, sino también la competencia para los transportistas formales, que se ven desplazados por la proliferación de vehículos ilegales A pesar de que la mayoría de los usuarios no son conscientes de las implicaciones legales de este servicio, recurren a estas unidades ante la escasez de alternativas eficaces. Esta dinámica no hace sino alimentar un círculo vicioso de caos y desinformación.
El transporte informal sigue creciendo sin control, generando complicaciones para el Sistema Integrado de Transportes (SIT), afirmó Marat Santos, gerente de Aqp Masivo, empresa concesionaria del sistema. Según el directivo, la proliferación de estas unidades no solo perjudica la economía del transporte formal, sino que también pone en riesgo la seguridad de los usuarios.
Santos detalló que al inicio de la gestión municipal se contabilizaban alrededor de 200 vehículos informales, pero esta cifra ha crecido significativamente.
Estas unidades, en muchos casos, superan los 20 años de antigüedad y operan sin cumplir requisitos legales básicos como seguros, revisiones técnicas ni permisos de circulación. La permisividad hacia estas unidades sin regulaciones contribuye al desorden.
“El transporte informal deteriora el servicio del SIT al generar correteos, afectar la imagen del sistema y quitar pasajeros a las rutas formales. Además, muchas personas confunden estas unidades con parte del SIT, cuando en realidad no cumplen con estándares de seguridad ni calidad”, explicó Santos, quien también agregó que esta situación obliga a los usuarios a elegir un servicio que, aunque más caro, no garantiza condiciones de seguridad y calidad adecuadas.
Por otro lado, el especialista en transportes, Elvis Jump, también criticó duramente a la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) por la falta de una gestión eficiente respecto al SIT y el crecimiento del transporte informal. Para Jump, el problema radica en la incapacidad de la MPA de ofrecer una cobertura efectiva en áreas periféricas y asentamientos humanos, donde la falta de alternativas permite el auge de los vehículos informales. “No podemos proscribir el transporte informal sin considerar que estas unidades son las únicas que permiten la movilidad de quienes más lo necesitan”, destacó el especialista.
Jump recalcó la fallida implementación del SIT a pesar de sus más de 15 años de existencia. Según él, las rutas operan de manera provisional y las empresas privadas no han renovado sus flotas, incumplen las frecuencias establecidas y no ofrecen condiciones laborales dignas para los conductores.
Jump también responsabilizó a la MPA por no asumir su rol de regulador, indicando que esto podría caer en omisión de funciones. “La municipalidad tiene múltiples incumplimientos: no ha licitado la segunda troncal del SIT, no ha implementado el fideicomiso ni ha seleccionado una entidad recaudadora”, aseveró. Además, destacó que la infraestructura prometida, como paraderos y el mantenimiento de las troncales, sigue sin ejecutarse. “Es inadmisible que, a estas alturas, el SIT aún esté en etapa provisional. Este sistema debía garantizar un servicio de calidad, con buses nuevos, horarios regulares y condiciones que los lleve a su destino”, señaló, dejando en claro que el sistema de transporte actual perpetúa la desigualdad social y económica.
Un sistema de transporte que pone en riesgo la salud, la seguridad y los derechos de los más vulnerables y no garantiza movilidad equitativa, no puede considerarse funcional ni humano. “Hablar de ‘una ciudad con humanidad’ es solo un lema vacío si no se resuelve este problema de fondo”, concluyó Jump.
Para lograr un cambio real, Jump propuso la formación de un equipo multidisciplinario compuesto por ingenieros de transporte, urbanistas y sociólogos, que pueda diseñar un plan integral que realmente transforme el transporte público. También exigió una revisión exhaustiva de los contratos con operadores privados, para asegurar que cumplan con sus compromisos.
POSTURA DE LOS INFORMALES
Por otro lado, Víctor Mendoza, presidente del Frente de Defensa de Transportistas de la región Arequipa, se ampara en las deficiencias del SIT, particularmente en cuanto a la insuficiencia de unidades y la acreditación irregular de flotas. Mendoza citó la ruta Cayma, la cual requiere 256 unidades, pero solo cuenta con 147.
A pesar de reconocer los riesgos inherentes al transporte informal, como la vulnerabilidad de estas unidades en caso de accidentes, Mendoza indicó que los informales son la única opción disponible para los usuarios que necesitan un transporte inmediato. En busca de soluciones, su agrupación está gestionando autorizaciones temporales para poder operar de manera legal.
En conclusión, el desorden y la proliferación del transporte informal siguen siendo problemas críticos que afectan tanto a la seguridad de los ciudadanos como al funcionamiento eficiente del SIT.
A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades y los transportistas formales para regularizar y optimizar el servicio, la falta del cumplimiento del contrato del SIT y una fiscalización efectiva perpetúan la situación.
DATO
Los sectores de bajos recursos gastan hasta tres veces más en transportes que quienes viven en zonas céntricas, pues dependen de un sistema informal que llega hasta la periferia.
