Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
Se llevó a cabo la Conferencia Anual de Ejecutivos CADE 2024 en Arequipa (26, 27 y 28 de noviembre), con el lema: “De la degradación a la reconstrucción de nuestro futuro”. Fue un Cade degradado, no asistieron la jefa de Estado ni el presidente del Consejo de Ministros, tampoco el ministro de Economía y Finanzas ni ningún otro titular del gabinete. Quien sabe, estas ausencias, nos libraron de expresiones absurdas: “menú de diez soles” o “rolex prestados” o “gato ron ron”.
Invitaron a Álvaro Uribe, político de derecha, fue presidente de Colombia, en dos períodos: 2002-2010; lo sucedió su compañero Juan Manuel Santos, gobernó dos períodos: 2010-2018; continuó en la Presidencia su discípulo Iván Duque: 2018-2022; el uribismo estuvo en el poder veinte años; no lograron construir un Estado modelo de derecha republicana. Entonces ¿por qué lo invitaron si ha fracasado el modelo conservador colombiano?.
Actualmente, gobierna Gustavo Petro de izquierda estatista pro chavista, prueba que veinte años de gobierno del uribismo no han satisfecho las aspiraciones de igualdad y justicia social en el país de la cumbia; esta izquierda alérgica a la inversión privada, tampoco es solución, hay el riesgo que el remedio sea peor que la enfermedad.
Como antípoda está Argentina, donde el peronismo (izquierda) gobernó de 2003 a 2015 (tres períodos), luego de 2019 a 2023; otro fracaso, en esta ocasión de la izquierda.
Ahora está en el Poder la derecha liberal de Javier Milei, ¿será el camino a la estabilidad política, crecimiento económico y prosperidad social? Nosotros tuvimos al fujimorismo neoliberal autócrata (1990- 2000), luego, hubo gobiernos democráticos de crecimiento económico: Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006- 2011); después, arribaron gobiernos mediocres y lobistas: Humala, Kuczynski, Vizcarra, Merino, Sagasti, Pedro Castillo y Dina Boluarte. ¿El 2026, elegirán a otro mediocre?.
En América Latina, ha fracasado la derecha privatista y la izquierda estatista. Ensayemos otro modelo político de izquierda democrática o derecha republicana. De esto no trata el CADE; el empresariado se niega a perder sus privilegios mercantilistas.