Carnavales en el altiplano

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Escribe: Juan Pio Mamani Chambi

No sabemos con precisión cuál fue el origen de ese mal gusto, o una de las pésimas costumbres del altiplano, la yunzada o cortamonte que es un atentado contra la naturaleza.

En fiestas carnavalescas el centro del goce en las plazas, barrios, grupos familiares es en torno al eucalipto, que generalmente es plantado al amanecer, previo ritual, para que no pueda ocurrir ninguna desgracia, para que ningún danzarín distraído o embriagado pueda ser alcanzado mientras es derribado el árbol, o niños guiados por su curiosidad y valentía siempre pretenden desafiar a cualquier peligro. Antes de plantar el árbol adornan con todo: frazadas, colchas, mantas, globos y mucha serpentina, luego el desayuno es ofrecido por los pasantes o alferado, a los músicos y a los acompañantes. Posteriormente salen en búsqueda de más parejas para la fiesta, y todo recorrido es con tarqueda y danzando por diversas arterias de la ciudad, la visita a los domicilios es importante para que los danzarines sean numerosos, para luego volver al almuerzo en casa o el lugar del encuentro.

Reunidos todos o la mayoría de los danzantes inician nuevamente con el nuevo ritual en torno al árbol para evitar incidentes en la fiesta, challan el árbol e inician a bailar, los temas musicales que son ejecutados por la tarqueda generalmente son las canciones que están de moda, también recurren a temas clásicos. Entre esa combinación de la cerveza, música, amistades y otras nostalgias, inician a embriagarse, el desenfreno generalmente es hasta las últimas consecuencias, como si ese desafío incrementara su valentía y elevara su orgullo sobre las nubes insistentes de Juliaca. Mientras bailan llegan los cariños (apjatas) de los invitados y cada uno de acuerdo a sus posibilidades con 3 a 5 cajas de cerveza, también los alferados devolverán para que puedan libar en la fiesta. Para participar en fiestas de carnavales no es necesario ir a los ensayos, sino hay coreografía, preferible los pasos desiguales o a lo que salga, en estado etílico cualquier paso es aceptable y tolerable y con el hacha en las manos inicia el cortamonte hasta derribarlo. Luego de ello se declara al nuevo alferado para el próximo carnaval, que generalmente es quien ha logrado derribar el árbol de la fiesta.

Ya para ese entonces es muy raro encontrar personas en estado ecuánime, pues la mayoría se ha entregado a la borrachera, bebiendo desenfrenadamente como si el calentamiento global hubiera tenido mayor efecto en Juliaca. ¿Cuantos árboles se sacrificarán para este carnaval? ¿Cómo detener esta práctica aberrante? Ojalá aminoren las yunzadas, y se pueda pasar un momento de goce sin afectar a la naturaleza.

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