Hace algunos días, el gobernador regional de Puno, Richard Hancco Soncco, demostró una vez más que la tolerancia no es una de sus cualidades. La primera autoridad de la región, ataviado de cierta paranoia la emprendió contra Jhon Carlos Flores Vargas, periodista de este medio de comunicación. “…usted… no encuentra otra cosa, para escribir tonterías…”, le dijo en una última entrevista que se puede ver en la cuenta de Facebook de Diario Los Andes el pasado 2 de junio. Segundos antes había cuestionado la línea editorial de este matutino calificándola como “totalmente tendenciosa y dedicada a mal informar a la población…”.
La reacción del gobernador se repite, especialmente cuando se trata de noticias reñidas – seguramente desde su punto de vista – con la buena imagen de su periodo de gobierno. Semanas atrás, también se había referido a Diario Los Andes como un meme, a raíz de una publicación.
Lo dicho por Hancco Sancco, hace sentido con la colección de artículos que en su momento publicara el periodista César Hildebrandt bajo el nombre de “Una piedra en el zapato” (Tierra Nueva 2011). El también director del semanario Hildebrandt en sus Trece, sostiene que una de las cualidades del buen periodismo es incomodar.
Que no se interprete esto último como un ejercicio difamatorio o calumniador. Todo lo contrario. Se trata de una dinámica cuya característica principal es la rigurosidad al momento de contar una noticia, difundir esa información que, en algunos casos, los gobernantes de turno desearían no se publicara. Los matices para contar una historia vienen a ser una impronta personal, un estilo.
En el periodismo, se busca llamar la atención de diferentes formas para hacer atractiva una noticia, recurriendo a un titular creativo o una foto impactante. La libertad de prensa es un derecho fundamental y en una democracia tan endeble como la peruana, reivindicarla, no solo es responsabilidad de los comunicadores o medios de comunicación, sino también de quienes asumen cargos públicos.
SE REPITE…
Esta historia no es nueva y en Puno se repite más de lo que uno cree. Veamos. Liubomir Fernández Fernández, periodista de La República, ha sido denunciado por Enrique Calmet Choque, quien dice ser propietario de unos terrenos ubicados en el barrio Huáscar de la ciudad de Puno. Asegura haber sido difamado, mellado en su honra. En sendos informes periodísticos, el corresponsal del referido medio de comunicación reveló la forma cómo opera el abogado y empresario inmobiliario.
“Este señor cree que con denunciarme va a amedrentar al periodismo”, sostiene Fernández. Calmet ha sido descubierto y eso le incomoda en demasía. Sus actividades con tinte ilícito lo han puesto en evidencia dentro de la sociedad puneña, entonces, inconsciente o consciente, atenta contra la libertad de expresión.
No es el único. Kevin Moncada Xespe, editor del Diario Sin Fronte – ras, también carga una denuncia de parte del mismo Calmet. En este caso pide una millonaria reparación civil y se le suspenda del ejercicio periodístico.
“Queda claro, que ante el colapso de la institucionalidad estatal, llena de personajes delincuenciales y mafiosos, la prensa emerge como baluarte de la defensa de los derechos ciudadanos y el imperio de la ley, pero viene soportando un asedio sistemático y peligroso. Como decano del Colegio de Periodistas de Puno, expreso mi público repudio contra el accionar delincuencial de servidores del Estado y sujetos grises que asedian al periodismo.
Mi solidaridad y respaldo incondicional a los colegas periodistas que, en esta hora trágica y de derrumbe moral, hacen de nuestra profesión una herramienta de dignidad al servicio de nuestro golpeado pueblo”, sostiene Eland Vera Vera, decano del Colegio de Periodistas Consejo Departamental Puno.
En el caso de Enrique Calmet Choque la situación se torna grave, pues en un determinado momento tuvo la osadía de irrumpir en las cabinas de radio Pachamama, exigiendo se le entreviste sin que nadie lo había invitado, una actitud que, fue reprochada por la comunidad en general.
EN JULIACA
En abril pasado, una vez más la libertad de prensa fue atacada. Esta vez los protagonistas serían servidores del Estado, en este caso efectivos de la Policía. José Luis Yupanqui Borda, de Radio Exitosa; Kinge Viza Mamani de Panamericana Televisión, Aydee Humpire Carita del Diario Sin Fronteras y Luis Gómez de Fama Televisión, fueron impedidos de filmar y realizar fotografías en la sede del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) hasta donde habían sido trasladados un grupo de policías involucrados en el asalto a una vivienda en la salida a Lampa.
A través de un comunicado, la Red de Periodistas y Comunicadores Juliaca, cuestionaron esta actitud recordando lo que dice la Constitución Política del Perú en su artículo 2, inciso 4. “Toda persona tiene derecho a: las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.
El Estado promueve el uso de las tecnologías de la información y la comunicación en todo el país. Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común”. Pese a lo ocurrido y los reclamos de organizaciones como la mencionada, desde la Región Policial Puno no hubo ninguna respuesta.
REACCIONES
Frente a estos hechos que no son aislados, la presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), Zuliana Lainez Otero, lideró un plantón en defensa de la libertad de expresión. “Rechazamos contundentemente el abuso de autoridad de los agentes policiales, el último viernes 23 de abril, para nosotros es inaceptable que haya este tipo de atentados directos contra la libertad de prensa, no se puede perturbar el ejercicio periodístico”, declaró Lainez Otero.