Casi concluyendo noviembre, ha iniciado la temporada de la lluvia y otros fenómenos tan sagrados en el altiplano, junto con la lluvia viene como bendiciones para el sector agropecuario, ganadero y otros quehaceres del sector rural, y más aún para los de la ciudad, por que existimos gracias a la agricultura. Además la lluvia es una esperanza para no seguir viendo cómo se seca el mítico lago Titicaca, para los que apreciamos con asombro los paisajes del Titicaca es doloroso ver como cada día se evaporan miles de litros de agua, deprimente ver cómo vamos destruyendo lo más sagrado del ande.
Con las primeras lluvias del año, Juliaca casi se inunda por completo, barrios enteros, avenidas principales convertidos en caudalosos ríos, plazas convertidas en lagunas temporales, casas, tiendas, centros comerciales, y el desborde del rio Toroccocha que recobraba su cauce y con ello traía toda la pestilencia de los ciudadanos que han invadido sus riberas.
Y de todos estos desbordes los que más han sufrido son los comerciantes y peor todavía los estudiantes de la Escuelita Túpac Amaru, los alumnos fueron sorprendidos por la lluvia mientras desarrollaban sus labores académicas, los profesores han tenido que llamar a los de serenazgo para que puedan evacuarlos a calles aledañas y así volver a sus hogares.
Los estudiantes y comerciantes de a pie que tienen que cruzar los jirones, calles y avenidas necesariamente han tenido que sumergirse en lagunas temporales que han sido generados por el escaso o nulo interés de parte de la autoridad edil, en tomar iniciativa en el mantenimiento, limpiado en las canaletas de drenaje.
Todo el malestar que se ha generado con una lluvia de 2 horas aproximadamente, ¿qué ocurriría si las lluvias se intensificaran? ¿Cuántas casas, barrios se inundarían? ¿Qué ocurriría con los estudiantes que fueron sorprendidos en salón de clases? ¿Cuánta mercadería se perdería por las lluvias? ¿El alcalde pensará en Juliaca o solo pretende ser candidato en Arequipa? ¿O evadirá responsabilidades a dos años de gestión? Ojalá las respuestas a estas interrogantes sean esperanzadoras ya que las autoridades que se eligen en Juliaca cada vez son peores, Juliaca corre casi la misma o peor suerte que el Congreso del Perú.
Y para no ser tan fatalistas, en las redes sociales como Tiktok, Facebook y el resto fueron plataformas que inundaron con memorables momentos, que cada juliaqueño vivió en la brevedad de la tarde lluviosa, y los videos fueron etiquetados con frases muy ocurrentes, acompañadas con música del Titanic “la Venecia de los Andes” “Mercado navegable más alto del mundo” “Ciudad de los ríos” y muchos otros videos que se han virilizado denunciando el escaso o nulo trabajo que se tiene sobre el drenaje de Juliaca.
Escrito: Juan Pio Mamani Chambi