De San Luis del Alba a Puno

Fecha:

José Morales Serruto

 Desde el día siguiente que llegaron los españoles a Puno, todo cambió para el tranquilo y silencioso “Phuñuy Pampa”, conocido desde tiempos ancestrales como pascana o lugar de descanso, morada de los pre incas domesticadores de auquenidos, cuna del imperio inca, pascana forzosa de los monarcas incas de paso en sus peregrinaciones hacia la Isla del Sol, pakarina de sus abuelos Manco Kápak y Mama Ocllo, más tarde de los arrieros mestizos y criollos.

Desde el 01 de mayo de 1657, se convirtió en el principal asiento minero de los españoles, gracias a que la enamorada “Malika” develara la existencia de las ricas minas de plata de Laykakota a José Salcedo Álvarez, desertor del ejército conquistador obsesionado por encontrar los tesoros escondidos del imperio, enterado ya sin pérdida de tiempo mandó a romper el roquerío del cerro para abrir las bocaminas de Laykakota y de las Animas, en las que encontraron ricos filones de plata pura que se extraían solo a golpe de martillo y cincel que los convirtió en los hombres más ricos de la colonia. Cuentan que la primera noche recabaron más de 10 bolsas de plata fina, por lo que en poco tiempo cobró mayor importancia. Por las exorbitantes sumas que aportaron a la corona como impuestos o quintos reales, despertó la codicia de andaluces, vascongados, que desencadenaron sangrientas luchas, de muerte y venganza entre españoles de la ya nombrada San Luis del Alba.

Enterado de estos hechos, el Virrey Don Pedro Fernández Castro, XI Conde de Lemos, XIX virrey del Perú, se dispuso a viajar al lugar de los hechos para pacificarla, llegando a las proximidades de Laykakota o San Luis del Alba el 3 de agosto de 1668, con un séquito de 300 hombres.

Los investigadores describen que después de enterarse de la realidad de los hechos, el virrey ordenó se traslade la población de San Luis del Alba al actual lugar dónde se levanta la ciudad de Puno, en una organizada procesión encabezada por la imagen del “Señor de la Agonía” conocida también como el “Cristo de la bala” el 7 de setiembre, la que en adelante se llamaría “San Carlos de Puno” en honor del monarca español y consagrada su protección espiritual a San Carlos Borromeo, cuya fiesta patronal se celebra cada 4 de noviembre y dispuso la distribución de solares y sitios para la iglesia e instituciones públicas.

Ordenado el traslado el virrey peregrinó hasta Copacabana a cumplir y presidir tres días de rogativas. A su retorno la mañana del sábado 12 de octubre de 1668, el XI Conde de Lemos, asistido por sus consejeros, amparados por testigos de cargo juzgaron públicamente al reo José Salcedo Álvarez, acusado por el fiscal de la causa, de ser responsable del delito de alta traición a la corona, promover disturbios, robos y muertes en el asiento minero de San Luis del Alba. De lo dicho y lectura de documentos, el juez Ovalle, instalado en el caserío de Puno, sentenció a muerte a Don José Salcedo Álvarez y 41 de sus partidarios por los delitos de alta traición a la Corona Real de España.

Sentenciado José Salcedo fue paseado por la plaza pública y las calles del pueblo rumbo a Orcapata, lugar en la que se cumpliría la condena, ser colgado hasta que muera, luego se le cortaría la cabeza para ser puesta sobre picota en la plaza pública como escarmiento y se ordenó derribar las casas de Salcedo, confiscar todos sus bienes, también demoler las casas del pueblo de San Luis del Alba y sembrarla de sal en señal de castigo y convertir estas tierras en áridas e improductivas.

Cuenta la historia, que consumado el hecho, la madrugada del domingo 13 de octubre de 1668, don Pedro Fernández Castro, XIX Virrey del Perú, se retiró de Puno con rumbo al Cuzco dejando un sabor amargo de descontento en los pobladores de la nueva “Villa de San Carlos”, no sin antes ordenar al representante de la iglesia, celebrar treinta misas en auxilio de sus almas de todos los sentenciados a muerte en esta causa, que al final se sumó a un total de mil doscientas sesenta misas.

En resumen Conde de Lemos estuvo en Puno exactamente 70 días, desde el 3 de agosto hasta el 13 de octubre, documentos de esa fecha prueban que el Conde de Lemos llegó a la ciudad Imperial el 24 de octubre, de dónde partió el 8 de noviembre de regreso a Arequipa hasta Yslay, de dónde zarpó el 26 de noviembre, rumbo a Lima, por lo que no es exacto que el Virrey Conde de Lemos estuviese en Puno el 4 de Noviembre de 1668 según lo afirman los biógrafos e historiadores del tema.

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