Pistas para empezar a trabajar por la igualdad de género en la escuela
Daira Gonzáles Flores / Chaska Cornejo y Fernando Díaz
La desigualdad de género es un problema de discriminación que afecta a la sociedad cusqueña y al Perú en general. Al observar esto en nuestro colegio y en la calle, nosotros decidimos realizar un proyecto para poder inculcar la igualdad de género a los niños y niñas de nuestro colegio. Iniciamos este plan haciendo una pequeña investigación, así que planteamos una hipótesis: “Por falta de información sobre la igualdad de género los niños y niñas de cuarto, quinto y sexto grado de primaria crean ideas erróneas sobre este tema”. Luego nos dimos cuenta que para poder abordar correctamente este problema debíamos comenzar con los grados menores de nuestra institución educativa (1ro, 2do y 3ro).
Para poder desarrollar la investigación realizamos distintas actividades. Primero diseñamos una pequeña encuesta piloto adaptada a sus posibilidades con preguntas cerradas y abiertas, por ejemplo: ¿Los niños lloran? ¿Qué tipo de ropa deben usar las niñas? ¿Qué juguetes deben usar un niño? ¿Qué colores son de “niña” y cuáles de “niño”? Los resultados de esta observación nos sorprendieron y nos dimos cuenta que las encuestas no eran tan necesarias ya que los niños y niñas nos dieron información más valiosa al compartir tiempo con ellos. Al comienzo todo era confuso y difícil ya que nosotros no los podíamos controlar pero luego nos organizamos por grupos y empezamos a conversar. En ese momento ganamos su confianza y atención.
Muchos comentarios nos llamaron la atención, por ejemplo al preguntar si los niños lloraban la gran mayoría respondió que no; sin embargo, conversando con ellos nos dimos cuenta que, obviamente, alguna vez sí lo hicieron. La conversación fue algo así:
Nosotros: Bueno chicos la siguiente pregunta es: ¿los niños lloran?
Niño 1: No porque no tenemos sentimientos
Niña 1: Sí, si tienen
Niño 2: Tiene razón, sí lloramos
Niño 3: No, no lloramos
Profesora: Los niños sí lloran… ¿recuerdas que tú lloraste cundo se canceló el paseo y tu cuando te caíste? ¿Recuerdan? Todos lloran.
Niña 2: ¿Ves? Sí lloran
Niño 4: Sí, todos lloramos, por ejemplo cuando nacemos
Niña 3: Yo no lloré porque nací sin respirar
Luego, en otras preguntas, nos dimos cuenta que varios niños y niñas no caían en los estereotipos y que apoyaban la idea que los hombres y mujeres pueden jugar con lo mismo, que depende de sus gustos. Ese fue el caso de una niña de segundo que llamó nuestra atención.
Nosotros: Bueno chicos hoy vinimos a hacerles una encuesta sobre igualdad de género. Nos van ayudar a contestar esta pregunta en grupos: ¿Con qué deberían jugar las niñas? ¿carritos, muñecas, cocinitas o pistolitas?
Niño 1: Yo creo con muñecas y cocinita
Niño 2: También carritos, por ejemplo, el carrito de Barbie
Niña 1: Las niñas y niños pueden jugar con todo.
Profesora: Exacto, los juguetes no tienen género
Niña 1: (Se para al medio) Por ejemplo yo juego con carritos y muñecas, y no me gusta la cocinita y no hay ningún problema.
Cuando conversamos con los niños nos dimos cuenta además que varios de los estereotipos e ideas erróneas se las han inculcado en casa ya que muchos comentarios de ellos y ellas iniciaban con “mi mamá dice que” o “mi papá dice que” y si necesitamos cambiar esta situación no solo debemos trabajar con los pequeños sino con las personas más cercanas, como su familia y profesores. Así que planeamos crear distintas actividades didácticas con padres, madres y sus hijos para inculcar la igualdad de género en sus familias y generar un cambio.
Este proyecto comenzó sólo como una idea y con la información que vamos recogiendo nos damos cuenta que, poco a poco, podemos formar parte de un cambio en el que seamos parte y así hacer algo grande. Nos alegra pensar esto. Nosotros queremos que esto no solo se quede en nuestra institución educativa sino que más colegios realicen estas actividades de una forma didáctica y divertida, con nosotros (adolescentes) y con los niños y niñas más pequeños/as. Así podremos tener una ciudad y un país donde puedas ser y hacer lo que te haga feliz sin pensar en que algo es para “hombres” o “mujeres”.
EDUCACIÓN SEXUAL ¡YA!
En un país donde la palabra sexo se ve como algo meramente morboso y donde se presume que la educación sexual es un tema que debe abordarse desde una edad más “indicada”, existe la necesidad urgente de mejorar la educación sexual.
Al reconocer esto como un problema, decidimos empezar con la investigación titulada “Educación Sexual de Calidad en Perú” (E.S.C Perú) la cual consiste en analizar qué tipo de educación sexual se brinda en las escuelas en el territorio de Ticapata y Santa María en Cusco; además de investigar la teoría sobre todo lo que implica una educación sexual de calidad. Nuestro objetivo es poder presentar soluciones a este gran problema.
Si hablamos de sexo, lo más probable es que muchas personas mayores crean que la edad adecuada para hablar de esto es durante los últimos años de la adolescencia; sin embargo en pleno siglo XXI y con tanto acceso a información, es de vital importancia brindar educación sexual desde una temprana edad. Pero…¿cuál es la edad adecuada? Y ¿por qué debemos hablarles de esto?
La respuesta es muy simple: si tú no le brindas la información adecuada y necesaria, el niño o niña la encontrará por su cuenta, ya sea a propósito o sin querer, y es muy probable que la información llegue distorsionada. Seamos honestos, lo prohibido es lo que más llama la atención, así que la poca información puede conllevar a malas interpretaciones y eso a diversos problemas como embarazos no deseados e inclusive a muertes por abortos clandestinos. Es necesario hablar de sexo porque así se podrán prevenir diferentes situaciones como las mencionadas.
Pero la pregunta más importante sigue siendo: ¿A qué edad se debe hablar de sexo? Luego de hacer las encuestas nos dimos cuenta de que la mayor parte de nuestro público objetivo (adolescentes de 3ro, 4to y 5to de secundaria) dijo que sería bueno hablar del tema a una edad temprana, entre 7 u 8 años. Aun así consideramos que esta es una edad avanzada para hablarlo, porque cuando les preguntamos a qué edad escucharon por primera vez sobre sexo, dijeron que entre los 4 y 5 años. Descubrimos también que muchos de los encuestados aseguraron haber recibido educación sexual; sin embargo, no nos pudieron mencionar más de dos tipos de métodos anticonceptivos y cuatro enfermedades de transmisión sexual (ETS). Estos resultados no nos sorprenden porque somos conscientes de la deficiente educación sexual que tenemos.
Creemos que se debe tocar el tema desde una edad más temprana y dar la información adecuada según su edad. Hablar de “sexo” no implica solo el tema de relaciones sexuales sino también de desarrollo humano y relaciones entre las personas. Es importante determinar qué información es necesaria para el momento y la edad en la que se encuentre la persona. Por ejemplo, si un niño de 10 u 11 años te pregunta ¿de dónde venimos?, y tú le respondes con el cuento de la cigüeña, lo más probable es que no te crea y gracias a que tú no le brindaste la información necesaria irá a buscar lo que quiere saber a otra parte. Por eso, lo más importante es dar la información verídica según la edad, y todo este proceso comienza desde que el niño pregunta por primera vez de dónde venimos. Además, no nos engañemos, todas las personas en algún punto van a llegar a iniciar su vida sexual y es mejor que les brindemos las pautas adecuadas para prepararlos.
Sabemos también que hay una oposición de parte de algunos adultos a hablarles de homosexualidad a los alumnos, puede que sea porque ellos no lo consideran algo natural, o por diferentes motivos; sin embargo, esto es algo muy normal, son personas que aman a otras y punto. Tomemos en cuenta lo que dijimos anteriormente, es mejor que sean los docentes, padres o personas calificadas quienes les hablen de estos temas porque con tanto acceso a toda esa información, igual se enterarán.
No logramos entender por qué, si tenemos la oportunidad de mejorar, no lo hacemos. Solo piénsenlo, con una buena educación sexual disminuirían las muertes por aborto, se dejaría de pensar que la mujer es un objeto sexual para satisfacer a un hombre, se reducirían las violaciones y con ello los problemas psicológicos que desarrollan las mujeres y hombres que sufren por esto, solo por mencionar algunas cosas.