Evaluación a estudiantes y a docentes

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Columnista: Walter Paz Quispe Santos

Hace algunos días atrás, el Consejo Nacional de la Educación, a través de sus miembros, anunció que la evaluación de estudiantes ya no será censal sino muestral. Esto quiere decir que ya no se evaluará a la totalidad de estudiantes del segundo y cuarto grado de primaria y secundaria. Incluso se ha dejado entrever que cortarán la evaluación de todo un grado, reemplazando por un tratamiento estadístico con una selección aleatoria, de manera que los resultados sean generalizables, como lo sostienen las investigaciones cuantitativas. Prestémosles la atención a las razones por las que el Ministerio de Educación cambiaría de estrategia:

  1. Hubo regiones y municipios que desnaturalizaron el enfoque de las evaluaciones censales al destinar cantidades considerables de inversión económica para dedicarse a incentivar a profesores y priorizar como única opción de trabajo educativo durante el año la evaluación censal, dejando de lado una educación integral y por supuesto el Currículo Nacional o el Diseño Curricular Básico, esto habría ocurrido en las regiones de Tacna y Moquegua.
  2. El ministerio había desarrollado una política de incentivos a aquellos docentes que obtendrían los primeros lugares en conseguir resultados aprobatorios con sus estudiantes en la evaluación censal, y estos para el día de la evaluación se dedicaron a suplantar estudiantes y en el peor de los casos a obligar a faltar a los estudiantes con debilidades en la comprensión lectora y lógico matemática para evitar perderse los incentivos económicos; engañando de ese modo a los evaluadores del Ministerio de Educación. Por eso mismo se cortarían los incentivos y esta experiencia pasaba con las instituciones y docentes que supuestamente habrían tenido los primeros puestos en las regiones de todo el país.

Algo similar viene ocurriendo con las capacitaciones docentes. Debemos señalar algunos errores que cometen los especialistas de los órganos intermedios o UGELs y las DREs, por lo siguiente:
Primero, las DRE y UGEL no han mostrado políticas de capacitación docente en estos últimos años, las capacitaciones que programan se han limitado a una simplificada socialización del Currículo Nacional a nivel de especialistas y grupos focalizados de docentes dejando de lado la formación permanente de docentes nombrados y contratados. Irresponsablemente han incentivado que grupos incompetentes pero interesados en el aspecto económico hayan privatizado las capacitaciones docentes a cambio de fuertes sumas de dinero cuyos temarios estaban y están centrados hasta hoy mismo en el temario que exige el Ministerio de Educación para el nombramiento y ascenso de escala de docente. Es patético observar como todo un colegio de profesores y especialistas a dedicación exclusiva se encuentran más preocupados en este tipo de capacitaciones y no en las capacitaciones institucionales que deberían ofrecer en las DREs y sus UGELs.

Segundo, se han dejado de lado tópicos tan importantes en las capacitaciones docentes que tienen que ver con la ética, las funciones docentes, el clima laboral, el conocimiento de las normas educacionales, la pedagogía, la evaluación a los estudiantes, la participación de los padres de familia y tantos otros temas y solo existe un interés por la comprensión de textos, las matemáticas, los conocimientos de especialidad para resolver las pruebas que administra el Ministerio de Educación y por todo esto, el docente debe pagar sumas exageradas de dinero que oscilan desde los 100 soles a más con impostores de “buenos” capacitadores traídos de Lima con el nombre de consultores del Ministerio de Educación o docentes de la Universidad Católica de Lima y cuando uno al corroborar esas ofertas no se condicen con la verdad siendo mentiras porque esos capacitadores solo pertenecen a colegios y escuelas de la educación básica de Lima, generándose una falsedad ideológica y genérica, más propiamente una estafa.

Tercero, la certificación que ofrecen de 200 horas son firmados por directores de UGELs sin una supervisión o fiscalización a estos certámenes y son autorizados por ellos mismos y quienes organizan esos cursos bamba son los funcionarios que trabajan en las mismas UGELs y cuya recaudación es estrictamente personal o grupal de los mismos. Se ha podido determinar que para no despertar sospechas incluso se hacen firmar los certificados a los decanos de las facultades de educación que tampoco se fijan en el cumplimiento de las horas desarrolladas. Las DRE hacen valer esos certificados bamba como oficiales en los concursos con lo que el docente ha encontrado una manera fácil de conseguir estos documentos generándose de este modo una cadena de corrupción alentada por los directores y jefes de gestión pedagógica.

Ahora que ya conoce el ministerio de estas estafas intelectuales y la degeneración de instituciones como el Colegio de Profesores, ¿cambiará sus políticas en el caso de la evaluación de docentes?

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