Escribe: Oscar Enrique Pino Ponce
Decenas de hectáreas de zonas ribereñas, deslizamientos en carreteras y amenazas de huaicos han venido amenazando al Cañón del Colca, atractivo turístico por naturaleza de los arequipeños, parte de la culpabilidad es la falta de prevención humana por falta de una construcción ingenieril proba y también por la costumbre muy peruana de desafiar a la naturaleza que en sus desastres es muy democrática. El turismo no escapa a los desmanes, erosiones ni desolación, a diferencia de la naturaleza, la mano del hombre puede ser igual o mayor perjudicial. La exposición que hace unas horas hizo la Asociación de Guías Oficiales del Trekking Colca (AGOTREK) lo confirma. La falta de cumplimiento contractual de sus eventuales empleadores, las agencias de viajes, exposición al peligro, inducción a prácticas vetadas como la “comisionitis” y accidentes laborales por falta de equipamiento mínimo, han terminado por desbordar como huaico la paciencia de los guías que se declararon en huelga desde inicios del presente mes. Y es que la hermosa fotografía de parajes, incomparable geografía y contrastes inimaginables del majestuoso Cañón del Colca, reducto de aventuras y experiencias de nacionales y extranjeros como una de las mejores ofertas del corredor turístico Nasca-Machu Picchu- Colca- Titicaca por excelencia del Perú en el extranjero, contrasta con la amargura que expresa un grupo de guías especializados en explorar sus entrañas desde hace 20 años.
POR FUERA FLORES…
Frank Delgado, presidente de AGOTREK expresa su desazón por la aparente desidia con la que es tratado el Cañón, manifiesta que en ambos márgenes del río, la desconexión de las comunidades es evidente con respecto al turismo, “solo ven pasar” al turista y el beneficio es prácticamente nulo. El tan mentado turismo vivencial sostenible entonces es un saludo a la bandera.
MÁXIMOS Y MíNIMOS
Los guías, principales agraviados de este juego de azar en el que se ha convertido la explotación del Colca acusan a AUTOCOLCA por su gestión mediocre, su inoperancia en el control de ingreso, permanencia y salida de turistas y guías es evidente, acaso por ello su máxima autoridad Alfonso Mamani, a la vez alcalde provincial de Caylloma, tildara de “extorsionadores” a los guías como intento de acallar protestas, y sin que el daño moral haya sido resarcido a la fecha. La acusación alcanza también a la GERCETUR como ente rector. La responsabilidad recala también en AVIT el gremio de las agencias de viajes arequipeñas cuya representatividad y poder convocante es minimizada y extrañamente guarda un extraño silencio.
La situación es ciertamente compleja, pero precisamente se hace urgente la presencia de un organismo convocante, conciliador y hasta pedagógico sobre derechos y obligaciones de todas las partes en conflicto, de lo contrario el atractivo del Colca sucumbirá no a los embates de la madre naturaleza sino a la desidia de sus hijos.