La provincia de San Román, con su capital Juliaca, en cinco años más llegará al centenario. No obstante, su desenfrenada expansión demográfica demanda de un plan que revierta las brechas en cuanto a servicios básicos, tratamiento de residuos sólidos y otros aspectos.
Zenaida Zea Olivera
La progresista ciudad de Juliaca conmemora su 95 aniversario de creación política. Sus rasgos como urbe cosmopolita y su convergencia geopolítica, incluso antes de su constitución oficial, la han convertido en un polo de desarrollo en el sur del país, ventajas que no son aprovechadas por quienes dirigen su rumbo.
Con 276 mil 100 habitantes, según el censo del 2017 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), con altos índices de población migrante, la Ciudad Calcetera es una de las 20 más pobladas en el Perú, y se proyecta que para el 2030 bordee el medio millón de habitantes, convirtiéndose en una metrópoli.
A diferencia de Puno, que es el centro administrativo y atractivo turístico de la región, Juliaca es el eje comercial e industrial del altiplano. Su dinamismo económico incentiva la generación de servicios, oportunidades laborales y provisión de productos.
Sin embargo, sufre los efectos colaterales de su profuso y desenfrenado crecimiento demográfico, que la ha colocado como una de las ciudades más desordenadas y peligrosas del país. Lamentablemente, sus autoridades no han estado a la altura para trazar un mapa de ruta para revertir su compleja realidad.
Proyección
El historiador e investigador René Calsín Anco, señala que ad portas del centenario, urgen perfilar un plan estratégico a corto, mediano y largo plazo. Esto implica la conformación de un patronato u otro colectivo que impulse diversas acciones de desarrollo.
Se han identificado cinco ejes en los que se debe trabajar. Primero está la identidad, teniendo como elemento representativo el tokoro, además de rescatar y revalorar algunas expresiones que están en peligro de extinción.
Un segundo aspecto, y mayor su fortaleza, tiene que ver con el sistema vial. Históricamente, y posterior al Qapaq Ñan, Juliaca se ha vertebrado como un eje caminero que posibilitó contar con un ferrocarril, aeropuerto y autopista de doble vía. La perspectiva será la misma a futuro, integrando además a cuatro países vecinos.
El comercio, según Calsín, debe involucrarse con la industria; el Estado debe apostar por la empresa local. Un cuarto aspecto es el carácter cosmopolita de Juliaca. Al ser el crisol de varias procedencias, debe aprovecharse sus ventajas. Finalmente, la rebeldía de la población debe utilizarse en la lucha por su desarrollo.
Sin políticas culturales
A pesar que ha integrado la coexistencia de las culturas Huaynarroque, Pukara, Tiwanaco, entre otras, en Juliaca no existen políticas culturales. Calsín afirma que esta localidad posee gran bagaje histórico, pero que no se le da importancia.
Sin rumbo
Sin bien a partir de algunos eventos se han formulado algunas propuestas, la municipalidad de San Román se ha mantenido indiferente. Calsín señala que la gesta por los servicios básicos del 4 de noviembre de 1965, evidencia que en pleno siglo XXI no se ha progresado mucho en ese aspecto.
La Ciudad Calcetera carece de una agenda definida en la que se enfoque sus acciones. A solo cinco años del centenario, urge elaborar un plan estratégico con la participación de un equipo multidisciplinario.
Para el politólogo Aldo Santos Arias, debe retomarse el plan de desarrollo concertado de la provincia de San Román y otras iniciativas para revertir el caos del comercio y transporte, la inseguridad ciudadana y otros problemas. Para ello, es fundamental la voluntad política y liderazgo de sus autoridades.
La culminación del Estadio Guillermo Briceño Rosamedina para los partidos de la Conmebol representan la mayor muestra de esa voluntad, habiendo unificado a los niveles de gobierno y la empresa privada.
Esperanza
Para mediados de noviembre se estaría convocando a profesionales y activistas para conformar un colectivo o patronato con miras al centenario de Juliaca. Este grupo de trabajo buscará que el empredurismo, laboriosidad y tenacidad de sus pobladores sean la fuerza transformadora para revertir la infausta realidad.
