Columnista: Walter Paz Quispe Santos
Agustín Luque asumirá en las próximas horas el Gobierno Regional de Puno. Por 15 o más días, pero lo tiene que hacer como manda la ley. No es hora de discutir si está preparado o no lo está, si no la agenda que tendrá que cumplir como reemplazante del fugado Walter Aduviri. Tiene dos opciones o bien ser parte del continuismo o realizar una reingeniería de la gestión. Si elige ser parte del continuismo se tendrá que poner a la orden del “Clan Aduviri”, es decir de la familia y hayayeros de Walter Aduviri incluido los hermanos. Y si asume la opción de hacer un reingeniería tendrá que cerrarles los teléfonos celulares, deshacerse de sus recomendados en especial del inefable Eloy Aduviri. Este último deberá ser el gran perdedor y retornar a ser un ciudadano sin poder como corresponde. Luque necesita deshacerse además del Gerente General, el Gerente de Desarrollo Social y el Director de la DIRESA; censurados estos dos últimos por el Consejo Regional y el Gerente General por tener el único mérito de ser compañero de estudios del entrometido Eloy Aduviri. Claro está de todas las camarillas de hayayeros que pululan como asesores del Fondo de Apoyo Gerencial. También de los recomendados de consejeros cercanos y otros protegidos de Aduviri. Será una tarea difícil pero no imposible si quiere limpiar de la corrupción la gestión actual.
Agustín Luque tiene que entender que hay mucho por hacer: No dejarse manejar por los consejeros de Moho y Azángaro muy conocidos por sus malas artes y actos de corrupción, pero muy cercanos a su entorno. Luego vendrá lo más difícil, convocar a un concurso público abierto para cubrir estos cargos ¿Lo hará?, los que saben mirar la coca dicen que no.
Lo demás es harto conocido. Ejecutar el ejercicio fiscal 2019 al 100% sin devengar, gestionar mayor presupuesto para hacer obras de gran envergadura para la región Puno. Luque tiene la oportunidad de demostrar con una gestión transparente que si puede conducir una región, con un equipo técnico solvente cuyos resultados se tienen que ver en los indicadores macroeconómicos regionales, con las instituciones fortalecidas sin el Aduvirismo oportunista y limpiando la corrupción que ha crecido como la caries dental en la región Puno.
Las buenas acciones tendrán un apoyo social de todos los ciudadanos de la región Puno, aymaras, quechuas, mestizos originarios o no; Puno necesita de todos, no solo de clasistas e incendiarios sino de todos en el amplio sentido de la palabra. La región Puno es de todos, no solo de aymaras que fueron vilmente utilizados para las ambiciones personales de Aduviri. Hay que integrar el norte con el sur, el este con el oeste, el Altiplano con la Selva; tarea ardua pero no difícil.
La agenda Luque depende de la voluntad política y de la suma de inteligencias de ancha base y también debe considerar los sucesos de estos días como una gran lección para los ciudadanos de Puno en no elegir a candidatos con problemas con justicia. Puno necesita una salud institucional y organizacional y obras de mayor impacto. Al menos Luque tiene que intentarlo.