ENFÓCATE
Escribe: Silvana Alvarez Loayza
Discriminar significa separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra y dar trato de inferioridad a una persona o colectivamente por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.
La discriminación, que a menudo es el resultado de los prejuicios que tienen las personas, hace que la gente se sienta impotente, impide que se conviertan en ciudadanos activos y que participen en el desarrollo de sus habilidades y, en muchos casos, de acceder al trabajo, a los servicios de salud, educación o vivienda.
Entre las consecuencias de la discriminación encontramos la calidad de vida, el incremento de su aislamiento social y su soledad, la restricción de su capacidad de expresar su sexualidad y el aumento del riesgo de violencia y abuso contra ellas.
La discriminación puede ocasionar lesiones físicas, problemas sociales, problemas emocionales e, incluso, la muerte. Aquellos que son víctimas de intimidación tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, dolores de cabeza y problemas de adaptación en la escuela.
La discriminación suele ir de la mano de la ignorancia, el prejuicio y otras razones subjetivas para preferir injustamente a una persona o a un grupo humano antes que a los otros. Desde luego, no ocurre así cuando se tiene motivos concretos, individuales, para rechazar a un individuo, sin por ello generalizar hacia todos los que tengan su misma condición social.
Los tipos de discriminación son:
– Discriminación sexual
– Discriminación religiosa
– Racismo
– Xenofobia y
– Discriminación por discapacidad
El Estado combate constantemente la discriminación racial y étnica.