César Machaca Escobar
Los medios radiales en el altiplano puneño son pioneros de las programaciones interculturales quechua y aimara, que dan atención a la demanda local, regional y nacional en el sur del país, y que llegan a parte de Bolivia, con oyentes en el sector rural. Al mismo tiempo, las experiencias en el resto de las regiones merecen ser valoradas y abordadas.
Así como, el acontecimiento en el plano nacional la disolución del congreso que de ello es necesario que la población tenga una noción, postura y sentido crítico, para una conciencia electoral que previo al derecho al voto y elección de sus representantes comprendan los programas de los partidos y movimientos políticos. Asimismo, sean actores en la gestión pública en cada uno de los niveles de gobierno, en particular se les haga conocer los instrumentos de gestión. Por ello, resulta relevante el acceso a la información en su lengua materna, por parte de los medios tanto en quechua, aimara, shipibo, etc. , además, de las entrevistas, despachos, campañas, etc., en espacios de socialización y formación de la población rural inmerso en las actividades agrícolas, ganaderas, etc., y entre otras labores socioproductivas de la que forma parte de la vida y de la zona rural, que culturalmente van de la mano con los calendarios agrofestivos según su cosmovisión, muchas veces donde no llegan los medios televisivos; porque las empresas privadas tienen un propósito lucrativo. Al igual que, los medios escritos nacionales no logran llegar a todos los rincones del Perú, profundo y del mismo modo, ocurre con los medios escritos regionales. En ese orden de ideas, los medios de la capital se resisten a implementar este tipo de programación para el sector de oyentes de las diversas naciones en nuestro país, pese a que exigen ser atendidos, no solo por los medios masivos de comunicación así como la radio, sin embargo, son indiferentes gran parte de los medios escritos y televisivos con excepción en algunas regiones del país. En cambio, el medio estatal público de alguna forma da cobertura, al margen de la línea editorial compartiendo notas de índole contextual y de su interés para hablantes aimara y quechua, lo propio debe ocurrir con el resto de lenguas. Ahora veamos, la legislación respecto a los principios tienen un contenido de liberalización y libertinaje, es decir, no existe el control por parte del Estado, pese que es el promotor de garantizar la cobertura y de una programación cultural-social. En ese sentido, los medios de radiodifusión comercial de la capital y demás, solo se preocupan por la audiencia centrada en un país homogéneo y monocultural. Mientras que, la radiodifusión comunitaria está limitado por su señal corta y poca población se beneficia. La identidad cultural y lingüística son derechos fundamentales y derechos humanos que tiene una amplitud de respetar la dignidad de las personas sin ser excluidas, ni negados por su procedencia, lengua, sexo, etc.
En suma, abordar la comunicación intercultural exige establecer una agenda y exigir a los diversos medios, el compromiso con sentido social e identitario a través de sus programaciones y secciones a fin de ver la situación real de cada región que aspira un proyecto común de desarrollo social, económico, cultural, lingüístico, etc., para una verdadero ejercicio y el derecho a la comunicación en lengua materna en las zonas rurales.