Lima. Son varias las razones que llevaron a Pedro Castillo a pedir la renuncia de Guido Bellido al premierato. También a asumir las consecuencias del distanciamiento con el jefe de Bellido, Vladimir Cerrón, por ejemplo, el riesgo de perder una decena o más de los votos que podrían defenderlo en el caso de un intento de vacancia.
La discrepancia con Cerrón
De todas esas razones, hay una que quizás ha sido la determinante y es la discrepancia en torno a esta cuestión: ¿a quién le corresponde gobernar, a él como Presidente, o a Perú Libre, como partido que lo presentó como candidato? Esta cuestión va de la mano con otra:
¿Quién ganó las elecciones realmente, Pedro Castillo o Perú Libre?
Ha sido y es notorio que Cerrón, y todo su grupo, piensan que es su partido el que ganó las elecciones y que es a ellos a quienes les corresponde gobernar. Esa creencia quedó clara apenas unos días después de realizada la segunda vuelta, cuando Cerrón proclamó que era la línea del partido la que debería aplicar el Presidente y, si no fuera así, el propio partido, o sea él, le harían los correctivos del caso.
Perú Libre y Castillo
Perú Libre, como partido, ha sido muy importante porque fue la organización que presentó a Pedro Castillo como candidato; fue su principal soporte de campaña y su bancada podría ser su principal defensa en un Congreso en donde la mayoría no era amigable con el Presidente.
Sin embargo, al partido de Cerrón, tal como era al comenzar la campaña de 2021, no le hubiera alcanzado para ser un factor determinante en el triunfo de Pedro Castillo. Sus antecedentes electorales lo mostraban focalizado solo en Junín, donde ganó las elecciones regionales de 2010, pero no pudo reelegirse en 2014. Luego, en las elecciones generales de 2016, alcanzó a inscribirse, con Cerrón como candidato presidencial, pero se retiró faltando dos semanas para el día de la votación. ¿Por qué? Muy probablemente porque vio que no tenía mayor chance.
En 2018, Cerrón volvió a ganar el gobierno regional de Junín, pero aún estaba lejos de ser una fuerza nacional. Ese año solo participó en apenas 8 de las 25 regiones del país. Fuera de Junín solo tuvo un resultado digno de consideración en Madre de Dios, en donde quedó en quinto lugar con el 8% de los votos. En las otras seis regiones en donde participó, su promedio de votos válidos fue menos de 1%.
En esas elecciones regionales de 2018, Perú Libre no tuvo participación en la mayoría de las regiones del Sur, tales como Huancavelica, Apurímac, Cusco, Puno y Tacna. Las regiones del Sur en las que sí participó, sin considerar a Madre de Dios, fueron Arequipa, Ayacucho, Ica y Moquegua. En éstas, sus resultados fueron muy pobres. Obtuvo menos del 1 % de votos en promedio. Este dato es importante porque las regiones del Sur fueron los bastiones electorales de Pedro Castillo en 2021.
De modo que poco antes de comenzar las campañas electorales de 2021, Perú Libre seguía siendo un partido pequeño, sin implantación nacional, sin cuadros con arraigo social o electoral y con un líder tampoco muy conocido fuera de su región. Su fuerza continuaba focalizada en Junín. Así es que, si solo hubiera dependido de la fortaleza de Perú Libre, Pedro Castillo nunca hubiera ganado la Presidencia de la República.
A quién se debe el gobierno
¿Quién fue determinante para que Castillo llegara a gobernar? Si a algún colectivo le debe la presidencia Pedro Castillo, es a quienes votaron por él. Aquellos y aquellas tienen rasgos de pobres, provincianos, mujeres, indígenas, vulnerables, excluidos de muchas cosas, y con ciudadanía solo parcialmente reconocida. A ellos y a ellas les debe la más importante de sus lealtades. Ahora que ya tiene un equipo que se puede considerar propio, es de esperar que comience a saldar esa deuda.