Escribe: Jeamilett Chirinos
A poco más de 150 kilómetros al suroeste de Arequipa, se extiende Quilca, donde hay un conjunto de playas testigos de siglos de historia. En verano se convierte en un refugio para los visitantes.
Quilca, ubicada en la provincia de Camaná, es un destino costero con un enorme potencial turístico. Aunque la carretera Costanera permite llegar en aproximadamente 40 minutos desde la capital provincial, el acceso sigue siendo limitado debido a la escasez de transporte público. Sin embargo, quienes logran llegar se encuentran con un paraíso natural aún por descubrir.
Este distrito alberga 17 playas de belleza singular, muchas de ellas poco exploradas. En la época colonial, Quilca fue un puerto clave para el comercio peruano, pero hoy destaca por sus caletas casi vírgenes, ideales para quienes buscan contacto con la naturaleza y tranquilidad lejos de las playas concurridas.
HISTORIA
El puerto de Quilca tuvo una época de gran importancia, siendo el principal puerto de Arequipa hasta 1826. Durante el Virreinato, en la última etapa de la guerra por la Independencia, fue utilizado por los realistas. Antes de eso, había sido un punto estratégico sometido al imperio incaico por Inca Roca y Túpac Yupanqui. Además, en tiempos coloniales, sirvió como puerto de embarque de ganado y productos agropecuarios provenientes del interior del departamento.
Este puerto no solo tiene una historia fascinante, sino también características geográficas únicas. Su caleta, de 500 metros de profundidad y 200 metros de ancho, solo permite el ingreso de pequeñas embarcaciones. En la entrada, cuenta con una profundidad de 12 brazas de agua. Los pobladores de la zona aún conservan la tradición de fabricar sus propias balsas para navegar.
En los cerros aledaños, se han encontrado vestigios arqueológicos de las civilizaciones que habitaron esta zona, incluyendo vasijas, textiles y esqueletos. Además, en el pasado, estas aguas estuvieron habitadas por criaturas marinas imponentes, como el Carcharocles megalodón, un gigantesco tiburón prehistórico.
Entre los atractivos más impresionantes de Quilca está el arco de Huachiray, una formación rocosa moldeada por el tiempo y el mar. Entre las playas mas conocidas se encuentra Calahuani, donde el agua es tan serena que parece una piscina natural, perfecta para familias con niños. Las playas de Honorato y La Huata sorprenden con su transparencia, permitiendo ver el fondo marino sin dificultad.
Otro imperdible es la experiencia en el puerto de Quilca, donde los visitantes pueden embarcarse en botes para recorrer el mar y observar de cerca lobos marinos en su hábitat natural.
El costo del paseo varía entre 8 y 10 soles por persona, pero se recomienda ir en grupo para abaratar gastos. No olviden llevar bloqueador solar y sombrillas, ya que el sol es intenso, y disfrutar de una aventura inolvidable en el océano.
La mejor temporada para disfrutar de las playas de Quilca es entre diciembre y marzo, cuando el clima es cálido y seco, con temperaturas que oscilan entre los 24°C y 30°C. Durante estos meses, el mar está más tranquilo y el sol garantiza días perfectos para la playa y la exploración de caletas.
Quilca tiene un clima árido y templado, con temperaturas que varían según la temporada. En estos meses, el sol brilla con fuerza durante el día, mientras que las noches pueden ser más frescas debido a la brisa marina. Es recomendable llevar ropa ligera y fresca, como polos y shorts, además de ropa de baño y sandalias para disfrutar de la playa cómodamente. No deben faltar una gorra o sombrero, lentes de sol y un bloqueador solar de alta protección, ya que la radiación es fuerte y prolongada.
Si bien el verano es la mejor temporada para visitar, en otras estaciones la temperatura puede descender, sobre todo en las noches. Por ello, es conveniente llevar una casaca ligera para las horas más frías.