Escribe: Oscar Pareja Castro
La visita de Rafael López Aliaga y varios de sus partidarios de Renovación Popular a la ciudad de Arequipa es una muestra de cómo se maneja la política en el Perú.
A un año de las elecciones generales del país, autoridades como el alcalde de Lima, sin finalizar su periodo de gobierno municipal y descuidando la labor por la que fue electo, ahora se enfoca en lo que será su candidatura presidencial. A su llegada con los congresistas de su partido, Norma Yarrow, Patricia Chirinos y Esdras Medina, los parlamentarios pusieron un parche indicando que habían pedido licencia, que el costo de sus viajes ha sido costeado con recursos personales, y que el Parlamento no subvencionó ninguno de sus gastos durante su visita en Arequipa.
El mismo discurso lo pronunciaron alcaldes como el de Yanahuara y regidores que acompañaron a López Aliaga en Arequipa para evitar las críticas en su contra por estar en horas de trabajo realizando proselitismo político. López, con un claro uso político, llegó a Arequipa para inaugurar una nueva sede del Hospital de la Solidaridad, pero como “un ciudadano más” y no como alcalde de Lima. Este año Los Andes en la región Puno reveló cómo es que el Hospital de La Solidaridad en Juliaca no atendía, pese a que, al igual que en Arequipa, el nosocomio fue inaugurado para un servicio social.
Es decir, lo de López Aliaga fue un “engañamuchachos” aprovechándose de la necesidad de salud de la población, pero en especial, incidiendo en el manejo político.
Otro aspecto que nos dejó la visita del líder de Renovación Popular, fue el claro ataque del candidato a los contrincantes políticos y a un sector de la prensa. Se despachó contra periodistas y medios de comunicación con tendencia centroizquierda.
La carrera electoral recién comienza y hay que estar atentos al tumultuoso desfile de aspirantes a Palacio de Gobierno que serán por lo menos 40, en una de las que serían las peores contiendas electorales del país