EVIDENCIAS SOBRE LA EXISTENCIA DEL ALMA DE LOS ANIMALES SEGÚN EL ESPIRITISMO

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RAFAEL MERCADO BENAVENTE

“Su mirada buscaba siempre la mía y, cuando en las puertas de la muerte lo vi reclinar la cabeza en mis rodillas, buscar el calor de mi cuerpo, fue cuando en su mirada se extinguió la llama misteriosa que arde en todos los seres de la Creación…”
Padre Germán

En una pasada edición de Mundos Ocultos (#17), les entregamos, queridos lectores, un artículo dedicado a demostrar la existencia del alma de los animales, como manifestamos en aquella ocasión prometimos una segunda parte, hela aquí.

Quienes sin duda han explorado mucho más la disertación filosófica, sobre si los animales tienen alma, han sido las doctrinas espiritas de la escuela de Allan Kardec, aquí encontramos información sobre este misterio.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS Y EL MISTERIO DEL ALMA DE LOS ANIMALES

El libro de los Espíritus, es la obra en que Allan Kardec sistematiza y expone la doctrina espiritista, manifestada por diversos espíritus a través de médiums en trance. Al respecto escribe lo siguiente:

“Si comparamos al hombre con los animales en lo que toca a la inteligencia, la línea de demarcación entre aquél y éstos parece difícil de trazar, porque algunos irracionales tienen, desde este punto de vista, una notoria superioridad sobre ciertos seres humanos.


Esa línea fronteriza ¿puede ser establecida de una manera exacta?

  • Sobre este punto vuestros filósofos no se hallan muy de acuerdo. Unos pretenden que el hombre es un animal; otros, que el animal es un hombre. Todos se equivocan. El hombre es un ser aparte, que en ocasiones se rebaja demasiado o que puede elevarse muy alto. En lo físico, el hombre es como los animales, y está menos dotado que muchos de ellos. La Naturaleza les ha concedido todo lo que el hombre está obligado a inventar con su inteligencia, a fin de proveer a sus necesidades y a su conservación. El cuerpo humano se destruye igual que el de los animales, es cierto, pero su Espíritu tiene un destino que sólo él puede comprender, porque únicamente él es del todo libre. ¡Pobres hombres, que os rebajáis por debajo de la bestia!”
    “Puesto que los animales poseen una inteligencia que les confiere cierta libertad de acción, ¿existe en ellos un principio independiente de la materia?
  • Sí, y sobrevive al cuerpo.
    Ese principio ¿es un alma similar a la humana?
  • Es también un alma, si así lo queréis. Ello depende del sentido que se dé a esta palabra. Pero es inferior a la del hombre.
    Enseñaba DESCARTES que los animales son máquinas y que, por no tener Espíritu, obran según las leyes de la materia. Esa concepción, que en tiempos de Kardec estaba aún bastante difundida, prevalece incluso en la hora actual entre la mayoría de los hombres. Los Espíritus la han refutado, conforme se observará, y su opinión es refrendada por las ciencias. [N. de J. H. Pires.]
    Hay entre el alma de los irracionales y la humana tanta distancia como la que existe entre el alma del hombre y Dios.
    El alma de los animales ¿conserva después de la muerte su individualidad y la conciencia de sí?
  • Sí su individualidad, pero no la conciencia de su yo. La vida inteligente permanece en estado latente.
    El alma de los irracionales ¿puede elegir encarnar en un animal más bien que en otro?
  • No, no posee libre arbitrio.
    Visto que el alma del animal sobrevive a su cuerpo ¿se halla después de la muerte en la erraticidad, como la del hombre?
  • Es una especie de erraticidad la suya, puesto que no está unida a un cuerpo, pero no es un Espíritu errante. El Espíritu errante es un Ser que piensa y obra por su libre voluntad. El de los animales no posee la misma facultad. El atributo del irracional es clasificado, después de su muerte, por los Espíritus a quienes esta tarea compete, y casi de inmediato se le utiliza. No tiene oportunidad de entrar en relaciones con otras criaturas.
    ¿Siguen los animales, como los hombres, una ley progresiva?
  • En efecto. De ahí que en los mundos superiores, donde los hombres se hallan más evolucionados, los animales lo estén también, poseyendo medios de comunicación más desarrollados. Pero siguen siendo inferiores y continúan sometidos al hombre. Son para él servidores inteligentes. No hay en esto nada de extraordinario. Supongamos que nuestros animales más inteligentes –el perro, el elefante, el caballo- poseyeran una conformación más apropiada para las tareas manuales: ¿qué no podrían hacer bajo la dirección del hombre?
    Modernamente, con la aplicación de tests a los animales se ha adelantado mucho en este terreno. Por ejemplo, las hormigas son muy hábiles para resolver la prueba del laberinto, y las abejas demuestran poseer una noción extraordinaria acerca del transcurso del tiempo. Algunos loros y cuervos aprendieron a contar hasta siete, y los peces diferencian un óvalo de un círculo. Los experimentos han demostrado, en cambio, que el perro no posee el grado de inteligencia que se le acreditaba hasta hace poco, aunque sí es tenaz y tiene muy buena voluntad en aprender. El caballo parece también disfrutar de fama inmerecida pues, según las últimas experiencias realizadas, su capacidad mental es muy inferior a la del asno, y menor incluso que la del cerdo.
    ¿Progresan los animales, igual que el hombre, por su propia voluntad o por la fuerza de las circunstancias?
  • Por la fuerza de las circunstancias. De ahí que no haya para ellos expiación.
    En los mundos superiores ¿conocen los animales a Dios?
  • No. El hombre es para ellos un dios, como en lo antiguo los Espíritus eran dioses para los seres humanos. Puesto que los animales (aún los perfeccionados de los mundos superiores) siguen siendo inferiores al hombre, de ello resultaría que Dios habría creado seres inteligentes perpetuamente destinados a la inferioridad, lo cual parecería estar en desacuerdo con la unidad de miras y de progreso que en todas sus obras se observa”.

  • LA ESENCIA DE LOS ANIMALES SOBREVIVE AL CUERPO
    Aunque este asunto según la doctrina espírita arroja luces sobre algunas cosas, mantiene en penumbra otras, sin embargo, rescatamos la importancia que yace en los animales, en la evolución conjunta con el ser humano.
    Según otros textos espíritas, el principio inteligente es el principio del Espíritu, este comienza su contacto con la materia en el mineral, pasando por diversos estadíos, hasta convertirse en lo que conocemos como hombre. “El principio inteligente pasa así por los diferentes reinos, en el mineral (atracción), en el vegetal (sensación) y en el animal (instinto) hasta llegar a ser Espíritu en el reino hominal (razón)”. Según esta información toda la materia de la creación contendría este Principio Inteligente sin distinción, aunque hay que señalar que en determinado grado de evolución, presenta un comportamiento y una diferente forma de relacionarse con el exterior en su búsqueda de convertirse en Espíritu.

  • LA REENCARNACIÓN DE ‘DON PEDRITO’

  • Chico Xavier, medium brasilero, poseía un perro de nombre Don Pedrito, al que quería mucho. Don Pedrito fue atropellado y murió, para desconsuelo de Chico. Un tiempo después, Chico andaba por la calle cuando se dio cuenta que le perseguía un perrito. Se le aparece entonces Emmanuel, el mentor del médium, que le dice: «Chico, espera y fíjate en este perrito. ¡Es Don Pedrito que vuelve a ti!» Chico recogió afectuosamente al perrito y le dio el nombre de Brinquinho.
    En este caso incluso se confirmaría la reencarnación de los animales.

  • CONTINUARA…

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