Resurrección económica, precios altos y líos internos de la FRFCP
La Festividad de la Virgen de la Candelaria 2024 será recordada por significar el desahogo general de la población puneña, luego de tres años de frustración por la Covid-19 y las matanzas del gobierno de Dina Boluarte, por lo cual es imprescindible hacer un balance general.
La pugna interna en la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno (FRFCP) marcó varios aspectos de la organización, al punto de que algunos funcionarios municipales reconocieron coordinaciones de última hora para llevar adelante los eventos de la fiesta más grande del sur del país.
LO BUENO
La reactivación económica estuvo en boca de todos. Aún no hay cifras oficiales, pero fue evidente que la llegada de visitantes fue igual o mayor que en los mejores años de la festividad y que las convulsiones sociales no espantaron a los turistas.
Varios hoteles tuvieron lleno total, los locales de comida elevaron sus ventas, en tanto que las maquilladoras y comerciantes en general tuvieron excelentes días.
Las “coreografías” o formaciones de los danzarines en los estadios donde se realizaron los certámenes principales tuvieron su máxima expresión en las danzas autóctonas y sirvieron incluso para mandarle un mensaje a la jefa del régimen actual, Dina Boluarte.
Los recintos deportivos Enrique Torres Belón y Monumental de la Universidad Nacional de Altiplano (UNA) le dieron un marco excelente a lo preparado por las agrupaciones.
Durante la fiesta, se dieron también expresiones de solidaridad y de protesta contra los asesinados por balas policiales, lo que hizo sentir el mensaje de que Puno no olvida a las víctimas de la violencia, ni siquiera en las fiestas.
LO MALO
Personas como el ciudadano Edwin Nina señalaron que la comercialización excesiva de los lugares para ver la parada perjudicaron al público. “En la actualidad, es muy difícil para los locales apreciar el espectáculo, pues todos los lugares están ocupados por comerciantes”, expresó.
Asimismo, dijo que los palqueros le dieron muchos lugares a las autoridades y sus familiares, dando a entender que este fue el “canje” por favorecerlos en la distribución realizada previamente por la comuna provincial de Puno.
Otro aspecto que fue señalado fueron los excesivos costos en el concurso de trajes de luces, tanto en el estadio Enrique Torres Belón como en los palcos, pues rondaron los S/ 100. Cobrar alto es un arma de doble filo: por un lado hay ganancias, pero por el otro existe el peligro de desalentar futuras visitas.
LO FEO
Indudablemente, la división y los miramientos entre delegados y agrupaciones de danzas de trajes originarios y de trajes de luces, al punto que no respetar las decisiones tomadas en el consejo de la FRFCP y, posteriormente, lanzarse denuncias mutuas, opacaron un poco las fiestas.
Además, se notó el favoritismo y desigual trato a los conjuntos, tanto en la transmisión como en la posibilidad de darle honores a la imagen de la Virgen de la Candelaria, así como otros aspectos de la organización de la festividad.
Los ebrios, los robos, los atascos, el accidente con dos víctimas mortales y caos vehicular, también pusieron su cuota de fealdad durante el desarrollo de la fiesta.