SALVO PEOR PARECER
Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
El 2021, Bicentenario, hubo Elecciones Generales: presidenciales, congresales y al Parlamento Andino, participaron veinticuatro (24) partidos políticos (hoy son 30), varios no presentaron fórmula (plancha) presidencial, otros tantos no inscribieron listas congresales en algunos departamentos o regiones, partidos de trayectoria importante fueron desembarcados del proceso comicial.
Para la designación de candidatos, se programaron Elecciones Internas, la gran mayoría, lo hizo mediante delegados, muy pocos realizaron elecciones primarias cerradas, ninguno llevó a cabo elecciones primarias abiertas. A pesar del escaso empadronamiento de afiliados, se registró ínfima asistencia.
Ningún partido político llegó siquiera globalmente, al diez por ciento de votos de sus militantes; incluso, en todos, a excepción de tres organizaciones políticas, hubo listas únicas sin competencia. Estas elecciones internas fueron mucho menos que un simulacro. En vez de fiestas democráticas, se vieron elecciones fúnebres.
En consecuencia, los elegidos candidatos, en dichos comicios internos, se constituyeron en postulantes sin respaldo de sus propias bases partidarias. Otro aspecto es la ausencia de democracia, pues, no se conoce realicen: congresos nacionales cada cierto número de años, periódicas convenciones macrorregionales, plenarios ampliados; ya sea para elegir a sus dirigentes nacionales; definir las políticas y programas; emitir pronunciamientos institucionales. En su lugar, se ha instaurado la dirección autoritaria, el nepotismo dirigencial, la subasta de candidaturas, la dinastía partidaria.
Ya no existe la preparación de estadistas políticos nacionales, regionales y locales; la formación de cuadros técnicos; la promoción de líderes; la presentación de libros; el desarrollo de eventos: cursos, talleres, seminarios, paneles y otros, sobre problemática y perspectivas; capacitación de dirigentes vecinales y promotores sociales, alcaldes y regidores, gobernadores y consejeros, congresistas y ministros. Esto sucede, cuando los partidos políticos, representados en el Congreso de la República, perciben recursos del Estado, para financiar las actividades arriba indicadas. Sugerimos rindan cuentas e informen cómo preparan a sus candidatos.