La plataforma comercial Río Seco, ubicada en el distrito de Cerro Colorado del alcalde Manuel Vera Paredes, es el segundo mayor punto de abasto mayorista de Arequipa, especializado sobre todo en frutas y hortalizas que llegan dos veces por semana desde el centro y norte del país.
Sin embargo, la convivencia de aproximadamente 4,000 comerciantes formales con un número similar o superior de vendedores ambulatorios ha convertido sus accesos y veredas en un verdadero laberinto de puestos improvisados.
Esta masiva informalidad no solo invade las vías de tránsito peatonal y vehicular en horas punta, sino que también ha reducido las ventas de los comerciantes establecidos en al menos un 40 % durante los últimos cuatro años, según el presidente de la plataforma, Cristóbal Huayapa.
A la presencia descontrolada de ambulantes se suma la acumulación crónica de basura. Tras las celebraciones de Año Nuevo 2025, se estimó que más de 20 toneladas de desechos se amontonaron en calles y andenes —incluidos los rieles del tren—, bloqueando entradas y generando focos de insalubridad que ahuyentan a los clientes.
A pesar de los acuerdos formales con la Policía y el Ministerio Público para desalojar a los vendedores informales el caos persiste volviéndose un problema casi incontrolable. En consecuencia, la plataforma comercial más importante de Cerro Colorado atraviesa una crisis de desorden estructural: una amalgama de puestos ambulantes sin control y montones de basura.
AMBULANTES
Sonia Medina, presidenta del Terminal Pesquero de Río Seco y representante de cerca de 250 comerciantes distribuidos en 16 mercados de la plataforma, describe un escenario de descontrol que se arrastra por más de una década. “Esto pasa desde hace más de diez años, pero hoy ya es peor. Hay demasiada confusión por los vehículos, el comercio ambulatorio se ha desbordado, y eso nos está perjudicando a todos”, expresó.
La presidenta explica que los ambulantes invaden las zonas exteriores del terminal, sobre todo los fines de semana, cuando más afluencia de compradores hay. Los pasillos y entradas quedan bloqueados, los clientes tienen que abrirse paso entre carretillas y puestos improvisados, y al finalizar la jornada, queda un rastro de basura que la limpieza municipal no logra contener. “El lunes o el martes es cuando más basura queda.
Los ambulantes se van, pero dejan todos sus residuos, empaques, restos de productos. Y eso atrae ratas, perros callejeros. Donde hay suciedad, hay plagas.” Según Medina, la municipalidad realiza labores de limpieza al inicio de la semana, pero el efecto dura poco. El comercio ambulatorio es tan numeroso que la acumulación de desechos es constante.
A pesar de las promesas de apoyo, la respuesta de las autoridades ha sido limitada. “Sí, están trabajando, pero no al 100 %. Cumplen 60, 50 %. Siempre queda basura, siempre vuelve la inseguridad. Solo hablan, pero en la realidad no es así”, precisa Medina.
MÁS PROBLEMAS
A esta situación se suma otro factor que empeora el desorden y la tensión en la zona: el crecimiento del parque automotor. Para Medina, la falta de espacios adecuados de estacionamiento se ha vuelto otro motivo de reclamo de parte de los clientes: “Nos dicen que ya no hay dónde estacionar. El parque automotor ha crecido un 100 %, hay demasiados autos y ningún lugar donde dejarlos. Lo poco que hay de estacionamiento ya no abastece.”
La saturación de autos y comerciantes informales hace que el tránsito en los alrededores del terminal se vuelva caótico. Y eso, para Medina, ahuyenta a la clientela y genera un círculo vicioso: menos compradores, más desorden y más competencia desleal para los comerciantes formales.
Ante esta situación, la presidenta considera urgente que se convoque a todos los representantes de mercados para organizar acciones conjuntas con la municipalidad Hay que reunirnos todos los que estamos en la plataforma para ver cómo damos más seguridad y limpieza.
El municipio administra las vías, pero nosotros también tenemos que poner de nuestra parte.” Por otro lado, desde la gerencia de Servicios al Ciudadano de Cerro Colorado informaron que trabajan diariamente para mantener limpia la plataforma Río Seco. Aunque la comuna realiza tareas de limpieza a diario, la acumulación de basura, la informalidad y el desorden siguen siendo parte del paisaje habitual.
Guillermo Gonzáles, titular de la gerencia, explicó que existen dos “puntos negros” en la zona: el sector de las vías del tren y la parte baja de la calle Loreto, ambos colindantes con la avenida Aviación. En estas áreas, según indicó, se colocaron jardineras y cercos, pero los ambulantes vuelven a ocuparlas.
En cuanto a la limpieza, Gonzáles afirmó que el municipio asiste todos los días con maquinaria pesada. Los lunes y martes —los días más críticos— envían dos volquetes y una retroexcavadora, mientras que de miércoles a sábado trabajan con un volquete y una retroexcavadora. A esto se suma una compactadora que opera a diario para recolectar residuos de los pasadi zos de la plataforma.
“El lunes se genera la mayor cantidad de basura, que puede alcanzar hasta 15 toneladas. Esto se debe a que el fin de semana se incrementa la presencia de ambulantes”, detalló. Con la llegada de nuevas compactadoras del Ministerio del Ambiente, la municipalidad planea dejar una máquina operativa las 24 horas del día exclusivamente en Río Seco.
Sobre la presencia de plagas, el funcionario confirmó que se han detectado ratas en la zona, por lo que se coordinan periódicamente labores de desinfección y fumigación, así como limpieza profunda con cisternas, detergente y personal capacitado. Finalmente, hizo un llamado a la ciudadanía: “Pedimos a los vecinos que sean responsables con los residuos sólidos.
Que esperen el paso del camión recolector y no dejen su basura en la vía pública. Nosotros estamos presentes todos los días, pero se necesita compromiso de todos”. El caos en la plataforma comercial Río Seco no es un hecho aislado ni reciente: es el resultado de años de informalidad tolerada, escasa fiscalización y una gestión municipal que, aunque activa en el discurso, aún no logra resultados visibles y sostenibles.
Los esfuerzos de limpieza diaria y control, como afirma la comuna, son necesarios pero insuficientes frente a un problema que requiere más que maquinaria y promesas: requiere decisión política, planificación urbana, y compromiso ciudadano.