Escribe: Oscar Enrique Pino Ponce
El Gobierno Regional de Puno, en un momento de lucidez intenta reivindicar 2 sectores en cuya gestión no han cosechado más que dramatismo y una desconexión con la realidad. El primero: la educación, siendo que el analfabetismo registra una tasa de 10.5 % superior en 4.7 puntos porcentuales respecto al promedio nacional, es decir Puno tiene más de 92,000 personas que no saben leer ni escribir. Y el segundo: el turismo, una de las columnas principales de la economía regional y que, en lugar de exportar las innumerables bondades, se dedicó a exportar la imagen de un destino hostil, agresivo y secuestrador de turistas.
Pues, hoy se intenta hacer una simpática simbiosis para incluir el tema turístico en parte de la formación educativa de los escolares, el proyecto es ambicioso y compromete no solo a la UGEL, sino al SERNAMP, Ministerio de Cultura, Policía de Turismo, Municipalidad de Puno, el Colegio de Licenciados en Turismo, y la DIRCETUR con el auspicio del MINCETUR. La idea es cultivar “una cultura turística integral, diversa y crítica mediante proyectos de innovación educativa” (sic), mediante capacitaciones virtuales y presenciales, asesorías y ferias pedagógicas a los docentes.
Este sería un tercer. Intento para colocar el turismo en las mallas curriculares y en el futuro lograr una mejor reflexión no solo sobre la importancia económica, sino sobre abstracciones como la identidad regional y nacional, el patriotismo, las buenas costumbres. Ya anteriormente en el año 2003 en el gobierno de Alejandro Toledo se lanzó con mucha pompa la ley sobre el Proyecto Curricular Regional que lamentablemente cayó en saco roto, y posteriormente en el gobierno de Alan García en el año 2008, todo estuvo casi listo para un nuevo intento. Dos renombrados intelectuales puneños: Juan Palao Berastain y Walter Rodríguez Vásquez a cargo de una consultoría, quemaron pestañas durante más de medio año elaborando un voluminoso texto de lecturas en el que el tema turístico se aplicaría a materias de ciencias sociales, lenguaje, literatura, geografía y otros. La experiencia ya había tenido éxito en la región norte del país y Puno junto con Arequipa serían otros departamentos exitosos; 50,000 ejemplares estaban esperando ser impresos, es más el costo estaba financiado por la Cooperación Española, sin embargo, el dicho “en la puerta del horno se quema el pan”, esfumó todos los planes. La burocracia entorpecedora del cambio de ministros de Educación de José Antonio Chang a Víctor Díaz Chávez frustró su lanzamiento.
Esperemos que ésta vez el proyecto arribe a buen puerto y mediante él, se puedan restañar las heridas, conciliar proyectos regionales y nacionales, ser un buen referente para regiones vecinas y consolidar al turismo como un medio, y no como un fin.