El collar electrónico

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Por César Millán, el Encantador de Perros

Es posible que ninguna de las herramientas inventadas por el hombre haya sido más vilipendiada que el collar electrónico, o como sus detractores lo llaman, el collar de electroshocks. Yo estoy totalmente de acuerdo con quienes afirman que esta herramienta, usada incorrectamente o en manos equivocadas, no sólo puede traumatizar al perro, sino dañar irrevocablemente la confianza que deseas fomentar en él. Sin embargo, cuando se usa de forma adecuada y en las circunstancias debidas, creo que esta herramienta puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte de un perro.

Muchas personas que desconocen el uso correcto de esta herramienta piensan equivocadamente que el collar causa dolor al animal. El mito es que un perro experimenta algo parecido a lo que debió de ser el electroshock en sus inicios. Puesto que el uso de estos collares se remonta ya varias décadas, los modelos más antiguos no podían variar ni su alcance ni la intensidad del estímulo que se enviaba al perro, y desde luego eran mucho menos considerados con el animal que los que hay hoy día en el mercado. La tecnología ha cambiado y con ella nuestras herramientas. La verdad es que la intensidad de la corriente eléctrica que producen los collares electrónicos de calidad es más comparable al tipo de estímulo que produce un TENS al que voluntariamente nos sometemos en fisioterapia. Mi coautora recibe estimulación intramuscular con un TENS dos veces a la semana durante veinte minutos cuando acude a la consulta del quiropráctico, y describe la sensación como si la rozaran con alfileres.

Como ya hemos hablado en el capítulo 3, el castigo positivo puede ser un método efectivo de entrenamiento, pero también puede ser un método muy destructivo si se usa de un modo incorrecto o inconsciente. Cuando el perro siente la descarga del collar electrónico, inmediatamente lo relaciona con el objeto o el comportamiento que tiene en ese instante. El uso indebido del collar puede dañar la confianza entre tú y tu perro. Por tanto, recomiendo a quienes quieran utilizar esta herramienta para modificar el comportamiento de su perro que consulten con un entrenador experimentado, que sepa minimizar el castigo. También creo que este tipo de collar no debe utilizarse con ningún perro durante un espacio de tiempo prolongado. Cuando se usa convenientemente y está en manos de un usuario informado, puede salvar la vida del animal, pero como siempre, nuestro objetivo ha de ser reemplazarlo por un liderazgo sereno y firme.

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