ESCRIBE: JEAN CARLO FRISANCHO
Obras paralizadas o solo anuncios de proyectos caracterizan a un Gobierno que es repudiado por casi toda la población. Y que ignora la realidad verdadera del interior del país.
La presencia del Ejecutivo en el sur ha sido nula en el 2024. Pese a que la presidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra ha visitado Arequipa dos veces en el año, la región carece de proyectos importantes por parte del Gobierno. La situación es más crítica en Puno donde la mandataria está ausente en todo aspecto.
Han pasado 24 meses desde que Boluarte asumió el poder, en un mandato marcado por el rechazo a la crítica, la falta de transparencia y una desconexión evidente con la ciudadanía. Este contexto no es la excepción en el sur, donde la crítica hacia el Gobierno es más aguda. Las únicas visitas que realizó Boluarte a Arequipa fueron encuentros a puertas cerradas sin acceso a la ciudadanía y la prensa.
A continuación, veamos cómo ha sido la relación de la presidenta y su gobierno con las regiones de Arequipa y Puno en el 2024.
AREQUIPA
Este año, Boluarte realizó su primera visita el 17 de mayo para clausurar una reunión de ministros de APEC en Cerro Juli, con un fuerte resguardo policial y evitó contacto directo con la población. Se prohibió la asistencia de la prensa y no realizó declaración alguna.
En su segunda visita, el 23 de agosto, durante el V Consejo de Estado Regional, prometió trabajar por todos los peruanos hasta 2026, ante los rumores de una vacancia impulsada desde el Congreso.
En esta ocasión sobrevoló de forma absurda junto al gobernador Rohel Sánchez el paralizado proyecto Majes-Siguas II, comprometiéndose a un cronograma para destrabar las obras paralizadas desde 2023, sin resultados tangibles hasta la fecha.
El Gobierno ni siquiera avanzó el expediente de la puesta a punto de Majes I. El proyecto Majes-Siguas II entró en un arbitraje internacional ante el CIADI, pero Boluarte ni siquiera se pronunció. Hay que recordar que este año el gobernador de Arequipa se empecinó en transferir el proyecto Majes Siguas II al Gobierno para que se encargue de resolver el arbitraje internacional que demandará varios años de postergación para la región, gracias a la pésima gestión de Rohel.
Además, anunció el “Megapuerto de las Américas” en Corío para posicionar al Perú como hub portuario mundial, pero este proyecto también carece de detalles concretos para creer que es una realidad.
El 27 de noviembre, la presidenta debía asistir al evento del CADE Ejecutivos 2024, pero dejó plantados a los empresarios. En este evento, se reveló que la mandataria tiene un rechazo del 93 % entre los empresarios, con una aprobación de solo el 6 %, un cambio drástico si se considera que el año pasado tenía un 37 % de aprobación. Sus ministros tampoco asistieron.
Durante el año, los titulares de las principales carteras se presentaron en la región, aunque algunos con más visibilidad que otros. El entonces ministro de Energía y Minas, RómuloMucho, desató la controversia por respaldar el destrabe del proyecto Tía María, rechazado entre la población del Valle de Tambo. La promesa de un cambio en su matriz hidrográfica se desvaneció, y la idea de usar agua de las lagunas, un patrimonio nacional, fue retomada pese a las críticas y latente conflicto por el agua.
Hay que recordar que, con esta medida, Boluarte traicionó su promesa de campaña en la que aseguró que este proyecto de Southern nunca sería viable. En su mensaje a la nación del 28 de julio de 2024, anunció que el proyecto Tía María se ejecutaría para el crecimiento económico de Arequipa. Durante su campaña de 2021, Boluarte había prometido el retiro inmediato de la minera Southern Perú y la cancelación de los proyectos Tía María y La Tapada, con el objetivo de priorizar el desarrollo del agro, el turismo y la agroexportación en la provincia de Islay.
El 13 de julio se alertó sobre contaminación por metales pesados en el río Tambo, clave para Islay, generando preocupación en Arequipa y Moquegua. Lo más grave es que en Islay se detectó a niños y mujeres con exceso de metales en la sangre. Esta situación empujo al Ejecutivo a una declaratoria de emergencia este mismo mes.
El ministro de Agricultura, Ángel Manero, prometió invertir 40 millones de soles en proyectos de riego y culminar la presa Yanapujio, en beneficio de 3.000 familias y 11.000 hectáreas de cultivos en el Valle del Tambo. Sin embargo, los avances son inexistentes, lo que ha generado tensiones entre ambas regiones por la disputa del agua.
De la represa de Yanapujio no se tiene ni planos ni maquetas, sin embargo, Manero lo publicita en Arequipa, provocando protestas en Moquegua que exige parte de las aguas de esta futura presa. Lo concreto del gobierno de Boluarte en Arequipa es que, no hay ni un solo proyecto de inversión de gran envergadura que esté en camino.
Pese a que el gobernador se deshace en gestos para quedar bien con la presidenta, no hay ninguna iniciativa nacional en la región, pese a la gran necesidad de obras en la región como infraestructura vial, salud, educación, entre otros. Sumado a ello, la gestión de Rohel Sánchez tampoco tiene iniciativas relacionadas a grandes proyectos de inversión para Arequipa sobre las cuales el Ejecutivo podría destinar presupuesto.
PUNO
En Puno, la relación de la presidenta con la región es tensa. En febrero, el anuncio de su posible asistencia a la fiesta de la Virgen de la Candelaria provocó tal rechazo que el entonces jefe del Gabinete, Alberto Otárola, desmintió su visita para evitar protestas. Desde entonces, la región ha recibido promesas sin resultados concretos. El 4 de julio, Boluarte anunció una inversión de 511 millones de soles para seis Escuelas Bicentenario en Puno, beneficiando a más de 5,600 estudiantes. Las obras aún no comienzan.
En su mensaje del 28 de julio de 2023, Dina Boluarte destacó el nuevo Hospital Regional Manuel Núñez Butrón, esperado desde 2015, pero sin avances tangibles. Su construcción sigue en compás de espera. Se ha prometido la creación e implementación de varias universidades en el Altiplano, como por ejemplo la Universidad Nacional Fronteriza Autónoma de Yunguyo y la Universidad de Carabaya, ambas sin presupuesto ni planes para su construcción. Y es que, el rechazo hacia el Gobierno en esta parte del sur se pudo comprobar en marzo con la visita del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén. En Macusani su presencia provocó abucheos y reclamos airados contra el Gobierno. Recordaron que Dina Boluarte es la responsable por las muertes durante las protestas de diciembre de 2022 y enero de 2023.
A Adrianzén le gritaron: “Asesino, el pueblo te repudia”. El premier, en su discurso, agradeció a Carabaya, destacando su unidad frente a los “separatistas” y “violentos”. Lo único que ha avanzado en esta región han sido las investigaciones del Ministerio Público formalizadas contra 46 policías y militares por las muertes de 20 personas y 108 heridos en las protestas de enero de 2023 en Juliaca.
Lo que sí llegó a Puno fue la corrupción del gobierno de Boluarte. El 6 de octubre se destapó una grave denuncia que involucra corrupción en la distribución de alimentos escolares. Funcionarios de Qali Warma, MIDIS, Diresa Puno y la empresa Frigoinca participaron en un esquema que incluía la suplantación de carne de res por carne de caballo en alimentos destinados a niños de colegios.
En marzo, 24 estudiantes del colegio “Gamaliel Churata” fueron hospitalizados por intoxicación, lo que destapó la trama. Ronald Loza Machicao, de la Diresa, alteró pruebas tras recibir sobornos y las investigaciones revelaron que Frigoinca había cometido irregularidades graves. El caso alcanzó al ministro Julio Demartini, pero el Congreso evitó censurarlo, mientras Dina Boluarte, como presidenta, fue señalada por ignorar el tema pese a que los contratos con Frigoinca fueron firmados durante su gestión en el MIDIS.
El 25 de diciembre, Nilo Burga Malca, presidente de Frigoinca fue asesinado en un hotel en Lima con un arma blanca, colocando al Gobierno de Boluarte como el principal sospechoso del crimen.
Mientras el Ejecutivo hace agua por todos lados, en Puno los deudos de los asesinados en la protesta contra la mandataria siguen en la espera de verdadera justicia.
DATO
La aprobación de la presidenta Dina Boluarte llega al 3 % a fin de año y su desaprobación al 95 %, con apoyos de solo 1 % y 2 % en el centro y sur del país, según la encuesta de Datum Internacional.
Un gobierno débil y repudiado que necesita legitimidad a toda costa
El politólogo Norberto Lajo atribuye este abandono al repudio generalizado hacia Boluarte y la desconexión con las promesas de campaña.
¿Cómo percibe la fortaleza institucional del gobierno de Dina Boluarte, considerando que no tiene un partido político propio?
Es un gobierno institucionalmente débil. Aunque postuló por Perú Libre, fue expulsada de esa agrupación. Además, no cuenta con una bancada parlamentaria que le sirva de sustento político. Esto es preocupante, ya que sin respaldo institucional, podría considerarse causal para convocar elecciones adelantadas. Sin embargo, se observa un “pacto de supervivencia política” con diversas bancadas, desde la derecha hasta sectores de izquierda, como el bloque magisterial.
Frente a esta debilidad institucional, ¿qué debería hacer para tener mayor representación en las regiones?
Necesita legitimidad de gestión. Esto implica llevar a cabo acciones concretas que despierten simpatía en la ciudadanía, algo que no ha logrado debido a su baja aprobación en las encuestas. Es crucial revertir esta percepción negativa para que una autoridad de su nivel recupere la confianza.
Boluarte apenas visita el sur del país, y Puno ni siquiera figura en su agenda.
¿Cree que evita el sur debido al rechazo que enfrenta allí?
Sin duda. El sur la repudia, a pesar de que allí obtuvo una votación significativa en su fórmula presidencial. Este rechazo se intensificó cuando no respaldó a Pedro Castillo y se alineó con partidos como Fuerza Popular, otorgando, por ejemplo, el indulto a Alberto Fujimori. Además, las pocas veces que autoridades nacionales visitan el sur, suelen ser recibidas con abucheos.
¿Por qué hay esta rebeldía con el Ejecutivo nacional?
Es una región con una personalidad histórica de rebeldía. Los gobernantes que incumplen sus promesas suelen enfrentar rechazo allí. Esto ocurrió con Alejandro Toledo, Ollanta Humala y ahora con Dina Boluarte. Sin embargo, esta rebeldía no se extiende de igual manera hacia los gobiernos regionales, lo cual es paradójico, ya que muchas de las falencias en el desarrollo regional se deben a la mediocridad de estas autoridades.
¿Cómo afecta esta dinámica a la democracia?
Existe una desafección hacia la política y la democracia. Aunque la ciudadanía prefiere la democracia frente a otros regímenes, hay un fuerte cuestionamiento hacia los políticos por su falta de ética y por no cumplir promesas. Esto genera crisis de gestión, representación y comunicación entre gobernantes y gobernados.
Finalmente, ¿cree que la falta de liderazgo en el sur contribuye a esta crisis?
Sin duda. No existen líderes visibles con respaldo significativo en sus propias bases. Esto se refleja en las elecciones internas, donde la participación es mínima y los candidatos electos carecen de legitimidad. Al llegar al poder, su gestión suele ser mediocre, lo que perpetúa la falta de confianza en autoridades.