Mientras que en casi todo el mundo los carnavales terminan el Miércoles de Ceniza, la ciudad de Juliaca vive a mil por hora los concursos por estas fiestas, derrochando alegría, color y música.
En la mayoría de lugares del país, el carnaval comienza el 20 de enero, al igual que en Juliaca (con Carnaval Chico y la Qashwa de San Sebastián), y termina unos días después. No obstante, en la Ciudad Calcetera las fiestas se prolongan hasta mediados de marzo.
Eso se debe a la mezcla de culturas en el altiplano, que se manifiesta especialmente en el sincretismo católico-andino, producto de la invasión y colonización española en tierras peruanas.
“Para nosotros el carnaval es un tributo a la Pachamama, por los sembríos, cultivos y las primeras cosechas, y para el occidente es un tributo a la fiesta de la carne. Es, entonces, que desde ese ángulo nuestros carnavales juliaqueños se prolongan más días, a diferencia de los demás”, dice Mario Benavente Llerena.
MOVIMIENTO ECONÓMICO
La época de carnavales genera un gran movimiento económico, el cual comprende el alquiler de trajes, alojamientos, comida, comercio, alquiler de escenarios para danzas, maquillajes, peinados, etc.
“Hay tantos grupos pequeños y otros con gran cantidad de integrantes. Entonces, si hablamos en promedios, solamente en grupos habría un aproximado que no baja de 8 millones en esta temporada de carnaval”, añadió Benavente.
MALA ORGANIZACIÓN
Actualmente somos testigos de la desorganización entre la autoridad de Juliaca y la Federación de Arte y Cultura (Fedac) de San Román, en torno a la ruta de la parada folclórica, evento que da fin a los carnavales.
“En los primeros años no había mucho conflicto. En la década de los 90 comenzaron los problemas, con el tema de los auspicios, y hasta ahora hay mucha rivalidad de las organizaciones”, recalcó Mario Benavente.
Asimismo, dijo que con al pasar los años el carnaval en Juliaca fue creciendo, y a la par las agrupaciones de danzas también, lo cual muchas personas aprovecharon para generarse una fuente de ingreso económico.