En un hecho sin precedentes, el gobernador regional de Puno, Richard Hancco Soncco, no ha asistido ni una sola vez al Consejo Regional durante su gestión, que ya se encuentra en su tramo final. Esta ausencia total marca un precedente negativo en la relación entre el Ejecutivo regional y el órgano fiscalizador.
Desde que asumió el cargo en enero de 2023, Hancco ha evitado presentarse ante el Consejo para rendir cuentas de su gestión, a pesar de la existencia de múltiples problemas en la región, como proyectos paralizados, demoras en ejecución presupuestal y demandas no atendidas por la población. A un año y medio de culminar su mandato, esta falta de rendición de cuentas refleja un serio debilitamiento institucional.
Más preocupante aún es la pasividad del propio Consejo Regional, que ha renunciado a su rol fiscalizador. Durante las presidencias de Alfredo Ucharico Uruchi (2023), Wido Condori Castillo (2024) y Elvis Augusto Aliaga Payehuanca (2025), no se realizaron esfuerzos serios para convocar al gobernador a sesiones informativas o de fiscalización.
El único intento conocido fue realizado por el consejero regional de Chucuito-Juli, Abad Vizcarra Estrella, quien propuso citar a Hancco. Sin embargo, esta iniciativa fue desestimada por la mayoría oficialista que domina el Consejo, bloqueando cualquier posibilidad de cuestionamiento formal.
Ante esta situación, Amador Núñez, presidente del Frente de Organizaciones Populares de Puno, expresó su indignación. “Tenemos un Consejo Regional inexistente, sin capacidad de fiscalización ni voluntad política. Es vergonzoso”, declaró.