Libro muestra que no hubo verdad ni reconciliación

Escribe: Jhon Carlos Flores

La violencia de Estado contra ciudadanos pobres es un tema de actualidad debido a las matanzas perpetradas por el Estado cada vez que, según dicen los gobernantes, deben “reestablecer el orden”.

El libro colectivo escrito casi literalmente con sangre “Violencia de Estado en el Perú”, se ha presentado en la ciudad de Puno con la participación de los deudos de la matanza del año 2023 en Juliaca. La doctora Anouk Guiné, una francesa con varios años viviendo en el Perú, es una de las coordinadoras de la obra. Se trata de un voluminoso voluminoso de casi 1130 páginas, la mayor parte de las cuales, usadas para recoger por escrito desde los testimonios de huérfanos de la llamada lucha antisubversiva de la década de 1980 hasta madres que perdieron a su hijo durante la represión mortal que sobrevino luego del derrocamiento a Pedro Castillo. Además, se encuentran artículos de intelectuales como Héctor Béjar, Silvio Rendón y de la misma Anouk Guine.

Entre varios documentos y testimonios también se han incluído documentos del mismo PCP- Sendero Luminoso con lo que se completa una suerte de versión alternativa a discurso “terruqueador”. Este libro es producto del coloquio internacional “Violencia de Estado en el Perú: del Conflicto Armado Interno (1980-2000) a la ‘Generación del Bicentenario’ (2024)” que tuvo lugar en Ayacucho del 3 al 6 de agosto de 2022.

El discurso “terruqueador” ofrece una realidad a blanco y negro donde los buenos con los militares y los malos son los demás. Sin embargo, la evidencia de fosas comunes de víctimas del ejército descubiertas en las alturas de Ayacucho como las crueles matanzas durante el gobierno de Dina Boluarte exigen una visión que abarque otras versiones para darse una idea sana y útil de lo que pasó y sigue pasando para que, quizá, algún día, deje de pasar. Parte de la respuesta está en el libro y, su coordinadora Anouk Guiné, tiene algo que decir mediante Los Andes que pudo abordarla brevemente luego de la presentación del libro.

¿Cuántos testimonios y artículos recopila el libro?

Bueno, de un centenar de textos, hay aproximadamente 52 testimonios; la otra mitad son artículos y ensayos académicos. Abarcan desde el conflicto armado (1980–2000) hasta el bicentenario en 2024. También incluimos un capítulo sobre Iberoamérica. Allí participaron colegas de Argentina, México, Bolivia, Chile y también de España. Por ejemplo, en el caso de Argentina, nos remontamos a los años 50. En el capítulo sobre movimientos campesinos e insurgentes, nos remontamos hasta los años 60 en Andahuaylas.

Hace poco mataron a un minero en una protesta ¿Hay algo en común en ese hecho con lo sucedido en la década de los 1980?

El continuo de la violencia de Estado proviene de las élites que protegen sus intereses económicos, políticos, culturales o raciales, y que únicamente explotan y oprimen al pueblo. Esta es, precisamente, una de sus características. Por eso, lo que estamos viviendo ahora —sobre todo con las masacres de 2022 y 2023— nos remite a épocas que recuerdan al fujimorismo.

¿En qué se parece el gobierno de Fujimori y el actual gobierno?

Tenemos un congreso dirigido y controlado por las fuerzas fujimoristas, que en realidad representan a una clase en el poder que nunca ha dejado de gobernar. Contamos con una Constitución de 1993 que sigue vigente hasta hoy, y esa misma clase dominante nunca ha renunciado a ella, a pesar de las modificaciones que se le han hecho.

Volviendo al libro ¿Qué esperan conseguir con su publicación?

Si nos referimos a los jóvenes, muchos de ellos nunca escucharon hablar de la Comisión de la Verdad. En 2022, durante el coloquio de Ayacucho, me encontré con jóvenes nacidos en 1991 o 1992 que me preguntaban qué era la CVR. Ellos fueron prácticamente criados bajo el fujimorismo, con narrativas hegemónicas. Esta juventud tendría entonces que descubrir lo que ocurrió en los años noventa y ochenta. Y si no lo sabían antes, con las últimas matanzas —que vivieron en carne propia o que vieron desde sus salones de clase por televisión— se habrán dado cuenta de que el Estado no es necesariamente un amigo del pueblo.

En la actualidad hay jóvenes “libertarios”, votantes de Rafael López… ¿Crees que podrían leer el libro sin rechazarlo?

Quizá lo leerían para reforzar su posición, para tener más armas contra el pueblo. O, quién sabe, tal vez se hagan algunas preguntas y empiecen a cuestionarse ciertas cosas. Pero hoy están del lado del vencedor y se encuentran, por ahora, en una posición cómoda.

Ya que mencionaste a la Comisión de la Verdad ¿Crees que en el Perú hubo verdad y reconciliación?

No, para nada. Le faltó mucho después del informe: le faltó volver a las comunidades y hacer un trabajo sostenido con ellas. Si bien la CVR es un documento que constituye una base importante, también tiene muchos problemas. No fue una comisión independiente; además, no invitó a la mesa a los grupos insurgentes, nos guste o no.

En Colombia, por ejemplo, sí se ha hecho eso: se ha invitado a todas las partes del conflicto. Desde ahí ya hay un problema, un gran problema, que hasta ahora no se ha resuelto. La entrevista culmina en este punto. Cabe agregar que ha sido calificada por muchos como una segunda Comisión de la Verdad.