A su paso por Puno, el historiador José Luis Rénique habló de la actualidad del país y su relación con los grandes problemas históricos, señalando el reducido grupo y espacio geográfico donde se ejerce el poder en el Perú.
“Las grandes decisiones nacionales se toman en un ámbito de tres o cuatro kilómetros cuadrados, por un grupo que no pasa las 600 personas”, dijo sobre la real naturaleza del poder en el territorio peruano.
Por esta razón, describió al gobierno como “un poder suspendido en el aire que no encuentra la manera de ser respetado”. Además, recordó que en el país se dan tres o cuatro masacres cada cierto tiempo, lo cual se hace para contener la fuerza del mundo rural y la protesta urbana.
Agregó que lo que se vive hoy es una suerte de “tercer fujimorismo” y que el segundo fue el de Manuel Merino. Este orden, acotó, es la búsqueda del reemplazo a los regímenes oligárquicos que también se enfrentaron al potencial insurgente de las regiones.
Ante esta realidad, dijo que “desde arriba” han intentado soslayar la naturaleza política de la movilización encabezada por los puneños. «En que los discursos oficiales se han tenido que torcer para presentar la protesta como violenta y dominada por economías ilegales», agregó.
En ese sentido, sostuvo que pasarán décadas para que los movimientos populares se organicen de verdad y consigan un Estado que incluya a más peruanos y no solo a esas 600 personas.
“Siento que ese eslabón entre la cólera y lo político va a ser muy difícil de construir”, dijo sobre la diferencia entre las movilizaciones espontáneas y la acción política planificada.